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En días pasados, por consumo de pollo en mal estado, fueron atendidas en el hospital general de salud, de la cabecera municipal de Bacalar, más de una docena de personas con la misma sintomatología: vómitos y diarreas. Al parecer producto de una severa intoxicación por la descomposición de las aves con que se alimentaron. El lugar “Pollo Estilo Sinaloa de Bacalar”. Según el reporte médico emitido, hasta el día de ayer, había ya fallecido un menor de dos años como consecuencia de ese cuadro de intoxicación. Las otras personas las reportan estables.
Muy lamentable deceso, pues son muertes innecesarias, son perdidas evitables; desde luego, sí los responsables del cuidado sanitario cumplieran con sus responsabilidades, la cual no tan sólo consiste en la aplicabilidad de una sanción, sino la de contribuir con los dueños y administradores de los establecimientos: en la capacitación y educación para formar a los individuos responsables del manejo de los alimentos en lugares públicos. Acaso cree usted que un vendedor de alimentos quisiera perder su prestigio y ganancias de manera premeditada, ¡claro que no! ¿Por qué no ayudarlos?
La instancia oficial para estos casos es denominada COFEPRIS, concierne al sector salud, a ellos incumbe las atribuciones de regulación, control y fomento sanitario, a través de esta Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios. Pero esta Comisión más se la vive aplicando sanciones y extorsionado a los propietarios de estos comederos públicos y bares que en fomentar una cultura sanitaria. Todos estos establecimientos no cumplen con los requisitos establecidos en la normatividad, por lo tanto operan bajo la licencia y complicidad de la COFREPRIS. Bajo ese sistema de corrupción, si no te “mochas”, te aplican la norma con todo el rigor legal.
Por eso insistimos, esas atenciones en el sector salud, así como el deceso infantil, bien se pudieron evitar; si los responsables del fomento y cuidado sanitario en el manejo de los comederos públicos, cumplieran con sus fines principales, de manera responsable y honesta. Pero a ellos poco les importa la salud de los ciudadanos, los riesgos de salud de las personas, su interés corrupto privilegia la forma de esquilmar el establecimiento y a sus propietarios que en brindar las facilidades para mejorar el manejo de los alimentos y su procesamiento.
¿Cuánta responsabilidad es atribuible a este personal de la COFEPRIS por la pérdida del niño al intoxicarse por consumir alimento mal elaborado, sin cumplir la normatividad sanitaria? El lugar hoy señalado es lo de menos, pues los servidores públicos de esa comisión tienen la misma conducta desde antes que el titular actual de salud (Juan Lorenzo Ortegón Pacheco), fuera el responsable de esa comisión. Los vicios, las corruptelas quedaron bien sembrados y si no se “mochan con el secre”, corren el riesgo de ser removidos. Miembros del Consejo Coordinador empresarial han elevado las quejas por estas conductas ilícitas. Estas conductas las encuentra en todos los niveles de la jerarquía de salud. Difícil es encontrarse personal con responsabilidad, que sí los hay. ¡Conste!
En el proceso penal, la responsabilidad civil puede definirse como la obligación que tiene el autor de un delito o falta de reparar económicamente los daños y perjuicios causados o derivados de su infracción. El objetivo es compensar a la víctima por los daños causados, por lo que persigue un interés privado. La reparación del daño ocasionado podrá consistir en obligaciones de dar, de hacer o de no hacer algo, se determinará por el Juez atendiendo a la naturaleza de la infracción y a las condiciones personales y económicas del culpable.
La responsabilidad civil por el riesgo sanitario, ahora querrán adjudicársela al personal del “changarro de comida”, o bien al propietario. Pero, preguntémonos, con honestidad: ¿Cuántas veces han difundido o divulgado actividades de los riesgos sanitarios con el personal de venta de esa pollería?, ¿Cuántas acciones han realizado conjuntamente con el personal de “Pollo Estilo Sinaloa de Bacalar”, sobre los riesgos sanitarios en la venta de pollo?, ¿Cuántas actividades de Capacitación y Fomento de los riesgos sanitarios en el procesamiento de alimentos? Nos atrevemos a especular, pues desconocemos esas acciones, pero casi podemos asegurar que no han realizado alguna. Ahora, esa comisión asumirá el papel de juez y castigará al changarro con venta de pollos, como si los hubiera adiestrado e instruido en ese manejo de alimentos. Algo que nunca realizó. Nada más perruno e inverosímil, por no decir absurdo. ¿Cuánta responsabilidad civil carga la COFEPRIS, en esta ocasión, con el deceso del infante y la salud de la docena de adultos?
Nos duele mucho, teclear, sobre el deceso de un infante, sobre algo que pudo ser previsible. Lamentablemente… mucha de esta información no se da a conocer para auto-protegerse. En el sector salud ocurren las peores desgracias por esa misma complicidad, pocas veces trasciende la realidad del deceso de algún individuo, porque ellos mismos se aíslan como medida de protección. Pero ha trascendido como muertes evitables sucedieron por falta de sincronización, por algún fallo mecánico, eléctrico, de insuficiencia de algún fluido y son reportados en términos clínicos sus decesos. ¿Cuánta corrupción deambula al interior de ese organismo? ¡Hay sus excepciones!
PD.- “El verdadero dolor, el que nos hace sufrir profundamente, hace a veces serio y constante hasta al hombre irreflexivo; incluso los pobres de espíritu se vuelven más inteligentes después de un gran dolor”. Fiódor Mijáilovich Dostoievski (1821-1881). Novelista ruso.
PD.- Nomas como consulta. Si usted coloca la expresión en el buscador de google: actos de corrupción de COFEPRIS en Quintana Roo, brota un sinnúmero de señalamientos. ¿Por qué no han puesto orden?
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