Chetumal, 5 de junio
Dominga Calles Alatorre
“Al cabrón que agarremos lo vamos a matar”, con esa sentencia recibieron los pobladores de Carlos Alberto Madrazo a representantes de la autoridad municipal luego de que una comitiva de habitantes logró que se presentaran al domo del lugar tras dos meses de pedir ayuda ante el ataque de los ladrones que mantienen en vela a tres comunidades completas y así lo cumplieron. Cerca de las 12 de la noche de este jueves, un ladrón fue capturado por los pobladores y no vivió para contarlo.
El hombre atrapado mientras entró a robar en una casa, fue llevado hasta el domo del poblado de Carlos Alberto Madrazo, amarrado con las manos atrás, superado en número, aún así el sujeto lanzó amenazadas de muertes a los habitantes y a sus familias: “Voy a salir libre y lo vendré a matar”.
La policía intentó que le entregaran al detenido, pero tras esas amenazas los pobladores decidieron no entregarlo, los elementos se retiraron del domo y cerca de la media noche las luces fueron apagadas y sonaron los machetes. Al regresar la energía eléctrica al domo, el ladrón estaba muerto. Un corte en el cuello bastó para que se desangrara. La gente se había hecho justicia por propia mano.
El ladrón muerto yacía en la cancha de básquetbol, al pie del letrero “El valor de lo nuestro”, vestido con un short azul marino con vivos claros, tenis blancos que ahora no le fueron suficientes para correr y el torso desnudo pues de su camiseta solo colgaban jirones ensangrentados, en el mismo lugar que -a exigencia de los pobladores- cinco horas antes había estado Didier Vázquez, Director de la Policía Municipal, prometiendo que ahora sí realizarían patrullajes.
Ahí, por la tarde y cansados de acudir a reuniones con el Secretario de Seguridad Pública, Juan Pedro Mercader Rodríguez, en las oficinas del C4 en Chetumal y de las que no se han derivado acciones que los protejan y frenen el avance de la delincuencia, más de mil pobladores de Carlos Alberto Madrazo, firmaron una solicitud dirigida al presidente municipal de Othón Pompeyo Blanco, Eduardo Espinoza Abuxapqui para que se instaure el “Toque de Queda” a partir de las 11 de la noche.
El oficio que está respaldado también con las firmas de los habitantes del poblado de Ucum, cita lo que están sufriendo por los robos a casa habitación y violaciones a mujeres en plena luz del día, advierten que están cansados de tanta impunidad así como de no tener tranquilidad en sus propios domicilios y piden operativos de la policía municipal, estatal y de elementos de la Marina Armada de México.
Tanto los vecinos de Ucum, como los de Carlos Alberto Madrazo, ya se habían organizado, formaron “Brigadas de Vigilancia” y establecieron horarios para efectuar sus patrullajes ciudadanos ante la falta de efectividad de los cuerpos policiacos estatales.
“Les hacemos mención que el domingo 31 de mayo hubo una persecución a tres ladrones desde Carlos A. Madrazo a Ucum y los habitantes que apoyan no pudieron atrapar a los ladrones, manifestamos que ya ellos quieren hacer justicia por su propia mano al no contar con el apoyo policiaco”, afirma el texto.
Habitantes de Sergio Butrón Casas, afirmaron que en su comunidad aún no han violado a las mujeres, pero los ladrones se están metiendo a las casas sin importar si es día o noche y la situación que viven es similar a la de Ucum y Carlos Alberto Madrazo, también los duermen.
Las tres comunidades, cercanas entre sí, se ubican además a menos de media hora de distancia vía Carretera Federal 186 con la capital de Quintana Roo, Chetumal, ciudad donde tienen su sede los centros de mando de la Policía Municipal, la Policía Estatal Preventiva y la Procuraduría General de Justicia del Estado. Hasta ahora esa cercanía geográfica no les ha beneficiado en nada a los pobladores de las tres demarcaciones que siguen demandando atención por parte de sus autoridades.
Valentín Utrera, habitante de Carlos Alberto Madrazo les dijo a las autoridades presentes en el domo que ya en varias ocasiones en las reuniones en el C4 les han presentado hasta los nombres de los ladrones que ellos han detectado en las comunidades e incluso realizaron una detención ciudadana en la colonia El pedregal, pero cuando entregaron a los detenidos a la autoridad, los agentes de la Policía Judicial los llevaron a sus padres y les pidieron 15 mil pesos para dejarlos libres otra vez en el pueblo, cometiendo fechorías.
La desesperación de la gente se refleja en la pregunta que hizo una joven mujer jefa de familia: “En mi domicilio vivimos puras mujeres y un niño de 11 años, si alguien se mete a mi casa… ¿Al menos puedo machetearlo?”… el cuestionamiento no es para menos, sobre todo si se considera que ya se cometió una violación en pleno día, que diario hay reportes de robo, que las mujeres que se quedan solas en sus casas son atacadas con sustancias que las duermen profundamente y que por esta ola de robos ya nadie puede dormir en los tres poblados.
Los habitantes han dado santo y seña de quienes son los ladrones, les han descrito en el C4 como operan para atacar, inclusive recalcado que también a los perros los duermen, les han detallado las horas y modus operandi, pero aún así no los han escuchado. Describen entre los ladrones a un trío de personas, una mujer y dos hombres, uno de ellos con piercings en el labio inferior y en la nariz. Estos últimos son los que han sido vistos rondado las casas días antes de que se registre algún robo. Los pobladores han informado de todo a las autoridades y no han tenido respuesta.
De la reunión a la que lograron que asistiera por fin una autoridad al poblado, en este caso al menos municipal, Didier Vázquez, Director de la Policía, los habitantes consiguieron que se comprometieran a efectuar rondines desde este mismo jueves, que se active una caseta de la Policía Estatal y que sus “Brigadas de Vigilancia” sean elevadas a Comités de Vigilancia ya con el respaldo de la autoridad.
La voz de un pueblo sonó contundente en el sur del estado: “Ladrón que se agarre y se entregue a la autoridad en la comunidad, se va pa’ fuera con todo y familia”. “Ahorita están robando, al rato si los dejamos seguir aquí, esos mismos van a andar secuestrando y aquí los tendremos como si nada, por eso al cabrón que agarremos, si logramos entregarlo vivo ya es ganancia”. “Aquí en la comunidad de Carlos Alberto Madrazo, no vamos a dormir, no podemos, ya llevamos tres días sin poder dormir, con los machetes en la mano y queremos que le digan también al procurador, porque nos están liberando a los delincuentes y dejando desprotegidos a todos nosotros”.
Una de las madres de familia que han sido atacadas en su casa, relata que se encontraba sola con sus hijas pues su marido estaba en el pueblo. Cerca de la 11 de la noche despertó para revisar que todo estuviese bien y enviarle un mensaje a su esposo. Momentos después se acostó de nuevo pero esta vez sintiendo demasiado sueño y sólo despertó cuando su pareja la sacudía con fuerza y mucha preocupación por que no podía hacerla reaccionar, la habían dormido.
La casa estaba desordenada, la ropa tirada, a los pies de la mujer dejaron un cuchillo en el suelo y en la recámara su pequeña hija de 12 años permanecía dormida pero fue acomodada por los ladrones en una posición vulnerable a una violación.
La pareja relata que creen que el esposo llegó -sin saberlo- a tiempo para evitar que su hija y su esposa fueran abusadas sexualmente, pues los ladrones huyeron al escucharlo llegar, sin embargo ahora viven con temor, pues en la puerta de su hogar les han dejado pintas con amenazas para que no denuncien los hechos.
La madre de familia, relata que al despertar le tomó varias horas recobrar plenamente la conciencia, que sentía dolor de cabeza, nauseas, mareos y aunque lo intentaba no podía coordinar bien sus pensamientos, “Ella estaba como anestesiada”, nos dice su esposo.
El clamor de justicia, en la urgencia humana de la necesidad de sentirse urgentemente seguros es palpable en cada casa de estas tres comunidades, hay enojo, inconformidad y hartazgo, de ese que da origen a los linchamientos, y el coraje inunda los ojos de los habitantes cuando narran que la vida de una menor de un año y tres meses pende de un hilo por los efectos inmediatos y nocivos que le causó la sustancia usada por los ladrones para dormir a su familia y así ponerse a robar sin interrupción.
Por eso, también los señores de la casa elevaron la voz y su indignación, “Aquí estamos unidos para defender el honor de nuestras familias y de nuestro pueblo”, mientras que la autoridad continúa como anestesiada.