El intervalo de reflexión por motivo del paso de la Santa Semana -que pasó- significa que es la mayor celebración del calendario litúrgico cristiano por lo que se conmemora la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo como evento central y, consecuentemente, motivo para vacacionar por descanso o recreación o realizando periplos para disfrutar del mundo terrenal.
En la celebración de la Semana Santa -que recién pasó-, para los políticos fue un intervalo -supone- de reflexión y meditación en los que se realizan replanteamientos a seguir para el combate electoral que se avecina mientras, -el músculo duerme, la ambición trabaja- para ipso facto continuar en el andamiaje político al término de la Pascua en donde inicia su “resurrección” avivándose el interés por la participación electoral sea por la guía de su catecismo o al menos, que se conviertan en apóstatas -saltimbanquis- para asumir los mandamientos en otra doctrina política.
Antes de Semana Santa el pueblo no acataba la cuaresma por la Pascua como tal y se pudo degustar de suculentos platillos con simulado proselitismo con discursos melifluos mientras en espera de “los días de guardar” de la semana mayor los que, para los políticos, fueron de penitencia y reflexión, asumidos para sí mismos, de confort interior y espiritual para luego reaparecer con actitud de humildad para proseguir con el periodo de predicación hacia los feligreses sufragantes.
En estos días de pausa por la Pascua, en los políticos húboles una letanía interminable en su oración silenciosa: -cúrame, enriquéceme, redímeme, perdóname-. A decir verdad, esa reflexión y meditación, son más que una lista de peticiones a lo que, nomás, el pueblo bueno pide que cumplan con el cargo encomendado en las urnas electorales.
Para la virtual triada opositora -PAN-PRI-PRD- que no se diferencian en sus pretensiones, pero ahora, el cordón umbilical del concordato opositor “Va por México” está a punto de desanudarse -de romperse- porque las tildes del amasijo de la panadería del PAN parecieran ser los únicos en decidir las candidaturas próximas como condición única.