Desde los Once Pasos
Javier Chávez Ataxca
La novedosa y prometedora Junta de Gobierno y Coordinación Política (Jugocopo) ha entregado más cuentas negativas que positivas en el Congreso local, cuya discreta burocracia sufre y festeja –según le vaya en la feria– por la oleada de cambios que llega a principios de septiembre al Joder Legislativo.
El remedio democrático resultó peor que la prolongada enfermedad de la Gran Comisión que reinó con el PRI y “El Gobierno del Cambio” de Carlos Joaquín, porque la inestabilidad tuvo como víctima inmediata al primer líder de la Jugocopo estrenada por Morena: Édgar Gasca Arceo, quien arrastró en su caída al primer Secretario General, Arturo Castro Duarte.
“La voladora” cae en nuestro Congreso caribeño en temporada septembrina y no precisamente por el mal desempeño de sus más de 15 mandos burocráticos, sino porque se trata de premiar a los consentidos del equipo, castigando con una sonrisa de satisfacción a los del grupo contrario.
Morena recuperó la presidencia de la Jugocopo con el diputado cancunense Humberto Aldana Navarro que relevó al Verde Renán Sánchez Tajonar, quien no quita el dedo del renglón e insiste en ser candidato a la alcaldía de Cozumel donde pretende reelegirse la mediocre morenista, Juanita Alonso Marrufo.
El exgobernador priista Mario Ernesto Villanueva Madrid lo dice así:
“La JUGOCOPO ha sido una mala experiencia y puede darse una Gran Comisión Democrática que sería mucho mejor, generando estabilidad”.
Mario Villanueva sabe del tema porque fue Presidente de la Gran Comisión del Congreso a partir de 1987, al inicio del mandato del gobernador priista cozumeleño Miguel Borge Martín. Villanueva abandonó el trono legislativo de Punta Estrella para ser candidato del PRI a la presidencia municipal de Cancún en 1990, con escala en el Senado para ser candidato a la gubernatura en 1993.
El exgobernador chetumaleño conoce la entraña de nuestro Poder Legislativo afectado por una Jugocopo temida como plaga bíblica por los mandos burocráticos del Congreso cuyas funciones no son vitales en lo global, pero son fuentes de ingreso disminuidas en temporada septembrina para que unos tengan una amarga Navidad, aunque la de otros será muy dulce y jugosa.