Desde los Once Pasos
Javier Chávez
Las llamativas ausencias de los cancunenses Pablo Bustamante (Secretario de Bienestar) y la diputada federal Anahí González en el reciente informe de la alcaldesa de Benito Juárez, Ana Patricia Peralta de la Peña, envían un claro y contundente mensaje de bola cantada en la lucha por la candidatura en el municipio norteño que provoca el aleteo de ambiciones en el cuartel de la 4T, formado por verdes y morenos con musculatura diversa.
El doblemente verde Pablo Bustamante aceleró el paso para ser opción para la candidatura estelar que será disputada en las urnas en 2024, pero al brillar por su ausencia en el informe de Cancún confirma que la alcaldesa relevista neomorenista tiene campo libre para ir por la reelección, contando con la bendición de la gobernadora Mara Lezama.
Pablo Bustamante exprimió a placer el programa “Mujer es Vida” para penetrar a nivel popular, y hasta fue promovido supuestamente por empresarios amigos que pintaron la barda con el “¡Ya llegó Pablo!”, una descarada precampaña que no gustó en las alturas porque el muchachito “se brincó las trancas”, tropezando en el intento.
Lo curioso del asunto es que Pablo Bustamante no sale de Cancún, por lo que no contaba con un justificante creíble para no asistir al informe de Ana Paty, a menos que el desencanto le haya quitado las ganas de aparecer en escena, demostrando que carece de formación política para soportar episodios amargos.
Mismo caso el de la diputada federal cancunense Anahí González Hernández, quien representa al segundo distrito con cabecera en Chetumal y tiene al alcance de la mano otras opciones para desarrollarse, quizá el Senado de la República.
Incluso con una mano en la cintura Anahí puede repetir como diputada federal, aprovechando la devoción que cosecha con volquete el Presidente Andrés Manuel en la capital, Bacalar, José María Morelos, Felipe Carrillo Puerto y Tulum, ya integrado a este segundo distrito.
Sin duda la alcaldesa exverde Ana Paty habrá tomado nota de las ausencias de sus dos competidores, festejando con discreción las dos sillas vacías.