Desde los Once Pasos
Javier Chávez Ataxca
En el desinflado ejército que lucha contra Morena predomina la atmósfera derrotista y se impone la certeza de que es inútil combatir para alterar el destino decidido por el semidios Andrés Manuel, porque Claudia Sheinbaum será su sucesora y la elección de 2024 será un despliegue del armamento de última generación de morenos y verdes, apenas reforzados por el PT. La paliza es bola cantada.
Más decisiva es la postura amiga de Movimiento Ciudadano, cuyo dueño Dante Delgado Rannauro decidió jugar aparte para relajar aún más al Caudillo de Palacio Nacional que paladea un PAN comido, como ocurrió en el relevo del Presidente priista Luis Echeverría, quien designó como sucesor a José López Portillo para el trámite electoral de 1976.
Ayer Claudia Sheinbaum encabezó un mitin musculoso en Playa del Carmen, campo elegido para desenterrar el hacha guerrera contra la alcaldesa Lili Campos Miranda que protege los intereses del exgobernador Carlos Joaquín, quien la instaló en el trono de la Riviera Maya donde sus parquímetros hacen sonar la caja registradora de la familia, para que siempre haya cash.
Pero con el paso de los días los retadores de la 4T se están quedando sin combatientes. Ayer con Claudia posaron para la foto la exdiputada local perredista Iris Mora Vallejo y Carmen Joaquín, sobrina del embajador en Canadá y en 2021 candidata externa del PAN, PRI y PRD a la diputación federal del norte, pero vencida por la entonces verde Laura Fernández Piña.
Carmen Joaquín hizo su lucha en Movimiento Ciudadano, pero la desaprovecharon en el partido que dirige el senador exmorenista José Luis Pech y se justifica su salto al Tren Maya de Claudia con la casaca del PT, no así la gambeta de la futbolista cancunense Iris Mora Vallejo, quien apenas en la pasada Legislatura local fue diputada plurinominal del PRD y ahora también luce como fichaje del PT.
Claudia Sheinbaum se consolida como virtual candidata presidencial que olfatea Palacio Nacional o Los Pinos, mientras su adversaria panista Xóchitl Gálvez no logra articular una estrategia que la pare en seco en la guerra en curso que se manifiesta en las redes sociales, con acciones a nivel terrestre que incluyen la incorporación de desertores del ejército rival al equipo de Claudia.
En la imagen del momento, es un choque entre Julio César Chávez en su esplendor contra Jorge Kahwagi, y para los conocedores va uno real de 1981: Salvador Sánchez contra el boricua Wilfredo Gómez. De ese tamaño el desequilibrio de ejércitos multicolores.