Chetumal, 4 de octubre
(Cambio22)
La clínica del ISSSTE en Chetumal se enfrenta a una crisis que pone en riesgo la vida de sus pacientes y revela profundas deficiencias en la infraestructura médica.
Una falla eléctrica dejó a la unidad hospitalaria sin energía, colapsando los servicios de atención, lo que desató una manifestación pacífica de los trabajadores, cansados de la falta de respuesta por parte de las autoridades.
El personal denuncia que áreas críticas como urgencias operan apenas al 30%, mientras que el calor insoportable y la falta de agua potable agravan la situación de los pacientes, entre ellos, personas en estado grave.
A pesar de la intervención de la CFE, que identificó el problema en las instalaciones internas de la clínica, no se realizan acciones para normalizar la situación por lo que los manifestantes piden la intervención del ISSSTE a nivel nacional.
Lo más alarmante para los trabajadores es la ausencia de los principales responsables: Martín Perales, subdelegado médico del ISSSTE en Quintana Roo, y el subdelegado administrativo, quienes no han dado la cara en medio de esta crisis, una situación que los trabajadores consideran como un reflejo del desinterés institucional que ha prevalecido durante más de 40 años sin mejoras significativas en las instalaciones.
Mientras tanto, el ISSSTE en Quintana Roo emitió un comunicado a través de su página de Facebook, asegurando que las áreas de quirófano y urgencias cuentan con energía eléctrica de una planta generadora propia. Sin embargo, los trabajadores y usuarios de la clínica siguen soportando las duras condiciones, y colegas del sector salud en Cancún expresaron su solidaridad en redes sociales, criticando la falta de acción por parte de las autoridades para garantizar condiciones dignas tanto para el personal como para los derechohabientes. Esta situación, lejos de ser un fallo inesperado, expone una larga historia de abandono y negligencia en la atención médica en la región.
De no haber respuesta la próxima semana se espera una manifestación mayor, en la que los trabajadores piden la participación de todos los derechohabientes.