A TIRO DE PIEDRA
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Suelen hacer falta tres semanas para preparar un discurso improvisado
Mark Twain
Julián Santiesteban
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“Quintana Roo para los quintanarroenses”, dijo el gobernador Roberto Borge Angulo en un discurso el martes por la noche, y más de uno aprovechó el mensaje para acomodarle destinatario, pero si las palabras se tomasen literales, se estarían cancelando las posibilidades no de uno, sino de cuatro de ocho aspirantes a la gubernatura; por ello también más de uno se ha apurado a acotar la frase del mandatario, recalcando que lo que quiso decir es que el trabajo por la entidad debe anteponerse a los intereses de medrar desde el poder.
El discurso pronunciado por el mandatario tuvo muchos mensajes implícitos, profundamente relacionados con el entorno político y de sucesión para 2016, pues fue enfático al decir de manera específica a los diez presidentes municipales que es tiempo de trabajar. Si se tomasen de nuevo de manera literal las palabras del gobernador, estaría poniendo freno a tres aspirantes más a la gubernatura de Quintana Roo, por ello han antepuesto la conveniente interpretación de las palabras de Borge Angulo, acotando que lo que quiso hacer en realidad no es frenar, sino ordenar el proceso sucesorio.
Con nombres y apellidos, si se tomasen de manera literal las palabras del gobernador, quedarían fuera por su origen Mauricio Góngora Escalante, Paul Carrillo de Cáceres, Carlos Joaquín González y Gabriel Mendicuti Loría; y si los presidentes realmente se dedicaran desde ahora a trabajar y no a la búsqueda de la gubernatura, quedarían también descartado Eduardo Espinosa Abuxapqui, que gobierna el municipio de Othón P. Blanco. Góngora Escalante y Carrillo de Cáceres; por cierto, estarían doblemente impedidos para aspirar a la sucesión, dado que son presidentes municipales de Solidaridad y Benito Juárez, respectivamente.
Y resulta entonces que en esa criba sólo quedarían en la carrera por la gubernatura el diputado federal electo José Luis Toledo Medina, Eduardo Ovando Martínez y Raymundo King de la Rosa; y aunque el legislador tiene amplias posibilidades de ser el candidato por el cual se inclinaría el gobernador del estado, tampoco es de esperarse un escenario en el que se desactiven las posibilidades de los aspirantes a partir de su origen y actual encargo.
Luego entonces, el verdadero mensaje del gobernador fue el de dar un “golpe en la mesa”, un recordatorio de que su voluntad influirá en la sucesión más allá de los deseos de cada aspirante, más aun aquellos que se placearon por la entidad señalando que ya habían obtenido el favor del gobernante y que ahora parecen “desinflarse.” Fue recordarles que todos dependen políticamente del mandatario en funciones -a excepción acaso de Carlos Joaquín González, y tal vez por ello fue al único que le “acomodaron” el destino del discurso-, y su capacidad de decisión se mantendrá hasta el último momento, factor que a partir de ahora no deberán olvidar, pero sobre todo deberán anteponer si quieren mantenerse vigentes en la carrera sucesoria.
Por todo lo anterior, y aun cuando Borge Angulo puso como contexto la lucha por la autodeterminación por la que atravesó Quintana Roo, tienen razón quienes señalan que, lo que el mandatario aseveró en realidad es que el trabajo en favor de la entidad y sus pobladores es lo que debe distinguir a los aspirantes, no el lugar de su nacimiento, pues la entidad se compone en más del 70 por ciento de inmigrantes; y el llamado al trabajo no fue una cancelación de aspiraciones, sino un recordatorio de que se debe cumplir primero con la responsabilidad que ya se tiene, antes de pensar en asumir alguna otra. Y al final, fue una aclaración a todos de que sigue gobernando, de que él impondrá, por lo menos entre los servidores públicos y actores políticos de su partido, la dinámica de la sucesión (aunque opositores por cierto no se observan hasta ahora).
Describir el escenario en el que se desarrolla la sucesión no es hacer apología, ni interpretar lo que entrelíneas dijo el mandatario es enderezarle las ideas a algún actor político, ya hace algunas semanas el secretario de gobierno, Gabriel Mendicuti Loría, hizo un llamado al orden a todos los aspirantes, recalcando que hay una administración a la que le falta prácticamente un año de funciones; y es en ese contexto que la realidad no puede cambiarse con deseos democráticos. Veremos ahora si los aspirantes se atienen a la dinámica que les han impuesto, o comienzan a descartarse desde ahora; los observaremos desde aquí, A Tiro de Piedra. Nos leemos en la próxima.