Tiro Libre
Anwar Moguel
Novedades Chetumal
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A raíz de la columna Tiro Libre publicada el pasado jueves en este mismo medio, sobre una denuncia realizada por un profesor inconforme por el perverso manejo que realiza la sección 25 del SNTE con los recursos del Fondo de Ayuda Mutua en Caso de Defunción (Famucade), he recibido más información que viene a sembrar más dudas sobre la legalidad de dicho fondo, que lejos de cumplir con su función real, se ha convertido en la caja chica del dirigente en turno.
Un profesor que conoce el tema a la perfección y que cuenta con información de primera mano me señaló algunas imprecisiones en mi columna anterior, que según él, se “quedó corta” con lo que pasa en realidad.
De entrada me dijo que son muchos más que ocho mil miembros. La cifra de sindicalizados inscritos en dicho fondo de ayuda mutua ronda los 12 mil, casi el 60 por ciento del padrón del SNTE en el estado, lo que eleva la cantidad que se recauda hasta el cielo.
Según los datos que proporciono la fuente, quincenalmente estarían entrando a las arcas del SNTE local unos 480 mil pesos, es decir, casi un millón de pesos mensuales.
Ahora bien, señaló que la cantidad que se les entrega a los familiares de los trabajadores que fallecen es de solo 150 mil pesos. Si por cada fallecimiento se aportan 20 pesos, la diferencia entre lo que se la da al familiar y lo que recauda el SNTE es de 90 mil pesos. ¿A dónde se va ese dinero?
La cosa se pone peor. El profesor narró que, en dirigencias anteriores, una práctica común que pocas veces fue denunciada era la de “matar” dos veces al mismo profesor, ya que en los talones de cheque venían los descuentos del Famucade acompañados de los nombres de los profesores fallecidos. En muchas ocasiones los nombres se duplicaban, se volvían a “morir” meses después.
Sin embargo mencionó que con la entrada en vigor del FONE que ahora realiza el pago de nómina desde el centro de la República, el SNTE local aprovechó para cambiar la forma en que se descontaba, ya que ahora, sin avisar ni nada, a los inscritos les ha llegado un descuento fijo quincenal de 40 pesos, lo que equivale a dos muertes por quincena, pero ya no aparecen los nombres de los profesores o trabajadores que han pasado a mejor vida.
Esta situación hace pensar que el sindicato “oficializó” el descuento como una cuota sindical adicional, cobrando 40 pesos así no haya muerto nadie, como ocurre en muchas ocasiones.
En términos de negocio, significa que la sección 25 está recaudando 960 mil pesos al mes. Cuando se registran muertes, la cifra disminuye, pero siempre deja un superávit.
Explicó también que de manera tramposa el dinero del Famucade lo han fusionado con la caja de ahorro que también maneja el SNTE, la que aclaró, ya no deja ganancias a los ahorradores, pero sí a la sección 25.
De ese dinero, que no es poco, nadie rinde cuentas. Los profesores que integran el fondo y que lo sostienen con sus aportaciones no tienen ni idea de cuánto hay en caja ni en que se gastan esos recursos.
Los más afectados son los maestros jubilados, a los que se da de baja del fondo cuando no cubren una o dos cuotas sin importar que hayan aportado puntualmente durante 20 años laborando.
Este atraco “solidario” del SNTE contra sus propios agremiados ha movido a la acción a profesores indignados, que tienen muy claras sus exigencias, las cuales por cierto deben estar estipuladas en el reglamento original del Famucade.
En primer lugar, plantean exigirle al actual líder, Rafael González Sabido, que se entregue una copia del reglamento operativo del Famucado a cada uno de los 12 mil miembros, para que conozcan a detalle la forma en que se maneja el fondo.
En segundo lugar, pedirán la conformación de un Comité conforme a reglamento, integrado por profesores ajenos a la estructura sindical de la sección 25, para que vigile el uso y destino de esos recursos y así mismo regule la toma de decisiones sobre su manejo, ya que al tratarse de un programa interno y con la estructura de ayuda mutua, cualquier cambio debería ser aprobado por el 50 por ciento más uno de los integrantes.
Por último, pero no menos importante, piden cuentas claras. Un corte de caja completo y específico del estado actual del Famucade, para detectar si, como se intuye, existen boquetes financieros provocados por las dirigencias locales.
La presión está sobre Rafael González Sabido, quien se encuentra entre la espada y la pared, ya que la opacidad en el Famucade ha sido el sello de la casa, no solamente de su dirigencia, pero la bomba le estalló a él.
Sin embargo también es una oportunidad para redimirse. González Sabido llegó al liderazgo de la sección 25 con un amplio respaldo de la base sindical –me consta-, pero terminó hundiéndose en el fango del descrédito por las circunstancias coyunturales, principalmente la puesta en marcha de la Reforma Educativa que lo enfrentó al profesorado.
Desde entonces no levanta y su liderazgo ha perdido peso. Esta turbia situación le abre la oportunidad para tomar acción en una demanda real de los profesores. Si deja la ambición de lado y atiende las exigencias, rinde cuentas y prepara el escenario para que sean los mismos miembros del fondo los que tomen control de su dinero, estaría dando ejemplo de honestidad y sentando un precedente para futuras dirigencias, además de ganar algunos bonos que le den oxígeno en la recta final de su gestión.
¿Se atreverá a destapar la cloaca? Depende de él.