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Hay que tener tantita vergüenza, Raymundo

Déjame te Cuento
Ángel Solís

Poder, dinero, mujeres, fiestas VIP y alcohol terminaron por volver loco al moreno chetumaleño Raymundo King de la Rosa, quien tuvo una infancia y juventud muy austera en esta ciudad capital, pero su amistad con Roberto Borge Angulo lo encumbró hasta lo más alto de la política del estado, llevándolo incluso a soñar con ser su sucesor en la gubernatura, sin voltear a ver a cuantos de sus paisanos pisotearon durante el gobierno de su bro.

Considerado en su momento por su juventud como la renovación que urgía en el PRI, luego de 18 años de ver a los mismos políticos ocupando los cargos, el Ray, como le dicen los pocos amigos que le quedan, dio la espalda a todos los chetumaleños e incluso a sus propios familiares, dedicándose a vivir una vida de excesos en compañía de Beto Borge que no solo terminó con su carrera política, sino también con la riqueza que logró acumular en poco más de cinco años.

Cuando el gobierno borgista lanzaba a la calle a más de dos mil 400 a burócratas con la mal recordada “reingeniería administrativa” por supuestamente no contar con recursos en el gobierno para pagar la nómina, Raymundo amasó una serie de valiosas propiedades en Bacalar, Cancún y Yucatán, entre otros sitios, además de vehículos de alta gama con millonarios montos. En plena crisis de recursos en Quintana Roo él se convirtió en millonario.

Pese a no haber sido funcionario estatal durante el gobierno de su amigo Beto, Raymundo tenía a su disposición el presupuesto estatal. Prueba de ello fue la manera tan grosera con la que intentó posicionarse a nivel estatal con publicidad de sus acciones como diputado federal, instalando lonas de vinil en todas las calles de los municipios, camiones rotulados en su totalidad, paraderos de camiones y un sin fin de publicidad que solo sirvieron para hacer basura y millonarios a los dueños a las empresas que imprimieron y facturaron a la Vocería del Gobierno del Estado.

Luego de destruir el PRI, partido donde fue dos veces dirigente y que provocó una desbandada de militantes hacia Morena y el Partido Verde, la 4T le cerró el paso a Raymundo cuando intentó entrar por la puerta grande a estos partidos, de la mano de la entonces senadora Maribel Villegas Canché, de quien presumía ser su asesor.

A seis años de haber ocupado su último cargo público como diputado local, el Ray busca retornar a la política en lo que sería el nuevo partido Somos México, agrupación que integran políticos provenientes de todos los colores y donde podrán encontrarse ex priistas, ex panistas y huérfanos del extinto PRD, así como empresarios que están en contra de la forma de gobernar que tiene la 4T.

Hay personas que lejos de sumar, restan. Sin duda alguna este moreno chetumaleño es uno de ellos, bueno para la extorsión y el enriquecimiento, pero pésimo como político y amigo.

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