Desde los Once Pasos
Javier Chávez Ataxca
Aliados consentidos del Presidente Andrés Manuel López Obrador, Carlos Joaquín y Mara Lezama tienen un punto de coincidencia en el calendario porque un cinco de junio conquistaron la gubernatura de Quintana Roo y lo hicieron con la propuesta del cambio, más prometedora con Carlos Joaquín por ser el primero que derrotó al PRI, cercenando el reinado de su partido de origen.
Carlos Joaquín alentó y jugó con las ilusiones de los chetumaleños que se entregaron a su causa quijotesca, porque su enemigo despiadado era el gobernador cozumeleño Roberto Borge, tan despreciado en la capital porque aquí el joven cozumeleño se hizo odiar disfrutando rodeado de vallas el “ódiame más”, estilo América.
Beto Borge no tuvo el mínimo remordimiento cuando activó la “reingeniería” para lanzar a la calle a cientos y cientos de burócratas indefensos, quienes se le cobraron el cinco de junio de 2016 votando por Carlos Joaquín, candidato externo del PAN y PRD.
Pero “el gobierno del cambio” garantizado por Carlos Joaquín fue un fraude y el elector chetumaleño carga con esa culpa histórica, ya que llegó la invasión de poblanos y morelenses con una corrupción peor que la de Roberto Borge. En esa oleada de gambusinos llegaron Juan de la Luz Enríquez Kanfachi, Jesús Alberto Capella Ibarra –Secretario estatal de Seguridad Pública – y el todavía Fiscal General Óscar Montes de Oca, procedente de la Ciudad de México.
Mara ganó un cinco de junio de 2022 y con muy amplio margen, favorecida por la poderosa imagen del Presidente Andrés Manuel que cometió un error gravísimo al pactar con Carlos Joaquín, decisión que compromete el “gobierno del cambio verdadero” de nuestra primera gobernadora porque ella y su equipo tienen prohibido proceder contra los roedores de Carlos Joaquín, recompensado con su embajada en Canadá.
La impunidad que disfruta Carlos Joaquín con su equipo voraz y venenoso resta puntos de credibilidad a Mara Lezama en la capital del estado, ya que el chetumaleño aguardaba la activación del engranaje justiciero para someter a proceso a Alejandra Aguirre Crespo (Salud), William Conrado Alarcón (Obras Públicas) y Antonio López Pinzón (Cojudeq), extirpando a los mandos que mantiene el intocable Alberto Capella.
Reyna Arceo Rosado es un cero a la izquierda como Contralora del Estado. Incluso en esa posición tuvo un papel más activo Rafael del Pozo Dergal, alfil inamovible del afortunado Carlos Joaquín. Reyna Arceo es una Contralora de adorno, como en los tiempos del PRI.
Pero además la gobernadora por el éxito de su administración tiene que deshacerse del Fiscal joaquinista Montes de Oca, quien pese a sus números ensangrentados hace planes para seguir en la silla de los tormentos, trascendiendo el mandato de Mara que se apaga en 2027.