Desde los once pasos
Javier Chávez Ataxca
Salir de Guatemala para entrar en Guatepeor ha sido una calamidad tiro por viaje para los empleados del Instituto Estatal para la Educación de Jóvenes y Adultos en Quintana Roo.
Y nada cambia para bien si el titular es del PAN o Morena, o si es de Chetumal, como es el caso de su actual titular: Héctor Pulido González, quien amargó la Navidad de la tropa al no entregar pagos tradicionales etiquetados al margen del sueldo.
Personal reporta que varios pagos no se han reflejado, entre ellos el de días económicos y otros pagos retroactivos por puntualidad, entre otros conceptos. Claro que Héctor Pulido y su séquito no sufren por temas de la nómina, preocupación y ocupación de quienes viven al día.
El IEJA es una pequeña cueva de Alí Babá donde la descarada corrupción y el abandono de tareas son una constante, evitando el logro de objetivos para educar al universo poblacional de jóvenes y adultos en un estado que se pavonea con los logros de su sector turístico, mérito exclusivo de la naturaleza y la cultura maya.
Héctor Pulido ha sido una decepción al frente del Instituto, como ha ocurrido con sus antecesores. Lo imperdonable es que este abogado chetumaleño represente a Morena, porque su plana mayor repite a voz en cuello con Andrés Manuel López Obrador que no son iguales, satanizando a priistas y panistas que por absurdo que parezca ocupan los mejores asientos en la Cuarta Transformación.
El manejo del presupuesto como si fuera un botín ha sido rutina en el IEJA, porque su alto mando lo maneja en lo oscurito y viatica como desesperados, desangrando el presupuesto.
Lejos de sus prioridades están los verdaderos indicadores de la institución sin maquillaje: metas sin cumplir al cien, con un elevado e injustificado porcentaje de jóvenes y adultos que no han sido alfabetizados.
La incompetencia no tiene colores de partidos, pero más decepciona que otro chetumaleño no pueda con la tarea.