CAFÉ DE ALTURA
Javier Chávez Ataxca
El grueso de mexicanos no está preparado para seleccionar con tino a candidatos a ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, magistrados diversos y jueces de distrito y especializados. A duras penas distingue las funciones de un senador y un diputado federal y ahora le dan el poder –al menos ante la urna– para encumbrar o desechar a quienes persiguen cargos en la impartición de justicia.
Esta elección, novedosa en nuestro país, fue dejada en el horno por el expresidente Andrés Manuel López Obrador para que la sirva la Presidenta Claudia Sheinbaum y ayer iniciaron las campañas de bajísimo impacto.
Lo que pueden hacer estos candidatos es muy limitado y prácticamente tienen una camisa de fuerza, lo que dificulta mucho más sus labores de difusión en redes sociales y cara a cara. Estas condiciones tan adversas para ellos alimentan el abstencionismo y dejan el campo libre a Morena para que movilice a sus masas, ganando de todas, todas.
Como ocurre en todo México, los candidatos de casa harán el mejor de sus esfuerzos y sufrirán para mostrar sus propuestas y convencer, a diferencia de los candidatos a presidentes municipales que cuentan con presupuesto a manos llenas. Un portavoz del IEQROO me detalla que aquí son 168 candidatos para 117 cargos.
El arbitraje es ejemplar, porque el Instituto Electoral de Quintana Roo cumple sus tareas superando complicaciones por la tardada autorización del presupuesto otorgado por el gobierno del estado. El IEQROO solicitó 226 millones y consiguió 183.
La Consejera Presidente del IEQROO, Rubí Pacheco Pérez (en la imagen superior), se ha comprometido a desarrollar una elección ejemplar al aumentar al límite los niveles de eficiencia, lo que incluye el reciclaje de materiales utilizados en la pasada elección. Son tiempos de austeridad real.