Javier Chávez Ataxca
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Mientras el Instituto Nacional Electoral (INE) colocó camisas de fuerza a la radio convencional y a la televisión, en cuanto a la cobertura de las campañas de los candidatos a diputados federales, he visto una inclinación bárbara de algunos diarios quintanarroenses hacia los candidatos del PRI, quienes siempre salen en portada.
Ejemplo: el Diario de Quintana Roo siempre publica en portada fotos con llamado de Arlet Mólgora Glover (segundo distrito) y José Luis Toledo Medina (primer distrito). Día tras día ambos candidatos salen en su portada, y aunque no he visto su edición de hoy estoy seguro de que ambos candidatos repitieron la hazaña.
Si somos rigurosos y partidarios de la equidad efectiva, el Diario de Quintana Roo debe ir rotando a todos los candidatos en portada. Pero es el Diario de Quintana Roo. Ahí la dejamos.
Otros diarios tienen la misma oferta, publicando en portada a Remberto Estrada Barba, candidato de la coalición PRI-Verde por el tercer distrito de Cancún.
El Por Esto de Quintana Roo publica las gacetillas de los candidatos en interiores, pero dudo mucho que sean tan buena onda como para publicarle a Arlet Mólgora sus boletines tiro por viaje. Si hay trato no hay maltrato.
Es válido que los periódicos hagan negocio con los candidatos, pero la simulación me desagrada porque menosprecian la inteligencia del mexicano. Porque uno puede omitir el tema porque hay otras prioridades, o en todo caso debe ser bronca de los consejeros quintanarroenses del INE, anónimos en su gran mayoría.
Los que llevan las riendas de los diarios no deben dar gato por liebre a sus lectores, engañándolos con la publicación de boletines muy bien cobrados, y que deben ser materia de investigación de parte del INE, cuyos consejeros prefieren hacerse de la vista gorda, dejando pasar estas jugarretas que a nadie engañan.
Lo más interesante del caso es la mínima influencia de estos medios de comunicación en la opinión pública, ya que el lector no se traga esa píldora porque sabe distinguir entre información y propaganda disfrazada.