PUNTO FINAL
Jorge Cruz Escalante
Novedades Chetumal
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No hay duda que la trayectoria política de Cora Amalia Castilla Madrid ha sido relevante, porque ha sabido aprovechar nuestro sui géneris sistema político que premia la lealtad y la institucionalidad, pero que se cierra herméticamente cuando alguien pretende jugar sin respetar las reglas establecidas, las cuales permanecen incólumes a pesar de que el país cambió y hay mayor participación de los partidos políticos y de la misma ciudadanía.
Como cualquier militante activo del PRI, Cora Amalia tiene todo el derecho de participar en la contienda interna en busca de la diputación federal que en otra oportunidad ya se le escapó de las manos, de ello no existe ninguna duda.
Al buen entendedor pocas palabras: Cora Amalia sabe que en estos momentos no está en el mejor momento de su carrera política y que se han desvanecido las supuestas lealtades de muchos que fueron favorecidos por ella.
Muestra de ello es que el día de su registro ante el PRI, prácticamente la dejaron sola, olvidándose que cuando estaba en el poder recibieron muchos favores de ella, en particular importantes cargos de trabajo con los mejores sueldos.
Así se demuestra que las supuestas lealtades entre los políticos no son más que actos de conveniencia y que el apapacho que en su momento recibe un funcionario de sus colaboradores, en la mayoría de los casos no debe tomarse como algo sincero. Mal haría un político al creer que cuando está en el pináculo del poder, la gente que lo enaltece lo hace con franqueza.
Lo peor para Cora Amalia sería creer que las reglas del juego político que un día la encumbraron, cambiarán para que pueda competir en igualdad de circunstancias; pero además, criticar aquello que un día la favoreció, significa no entender que las estrellas no siempre se alinearán para seguir beneficiándola.
Quienes entran a la actividad política, deben entender que hay códigos que tienen que respetarse. Hay un hecho incuestionable: en el ejercicio de la política la imagen se desgasta, por más que se piense que los errores cometidos no cobran factura.
Cora Amalia tiene una gran trayectoria política que inició desde los años del gobernador Miguel Borge Martín; entre otros cargos fue contralora de gobierno, Presidenta Municipal, Secretaria de Educación, Secretaria de Gobierno, dos veces diputada estatal, presidenta estatal del PRI. Conoce a la perfección los intríngulis del sistema político que la encumbró.
Antes de participar en la competencia deportiva, un equipo sabe cuáles son las reglas del juego, no puede decir después que lo engañaron, nada de eso. Lo mismo ocurre en la política.
El mayor problema es la creencia de que se puede siempre, que se tiene todo para seguir en la lucha, no obstante las circunstancias adversas.