Tiro Libre
Anwar Moguel
Novedades Chetumal
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Con el arranque de la campaña “Corazón azul” para prevenir la trata de personas, un flagelo social muy presente en México y en estados turísticos como el nuestro, decidí investigar un poco acerca de la ley contra la trata que existe en nuestra Constitución estatal desde junio de 2011 con el afán de comprobar si las acciones estipuladas en el documento han tenido un impacto en la realidad.
De inmediato localicé el enlace en el sitio oficial del Congreso local, donde aparece un listado completo de las leyes que nos rigen en Quintana Roo. La ley que buscaba la encontré con el rimbombante nombre de “Ley para Prevenir, Combatir y Sancionar la Trata de Personas del Estado de Quintana Roo”.
Y sí, en ella se establecen de manera muy clara una serie de acciones, procedimientos y duras sanciones que, suponen, serán el remedio para disminuir y acabar con la trata de personas en el estado, pero…
Resulta que del dicho al hecho, hay mucho trecho, porque a pesar de que existe la legislación en la vida real la trata de personas, sobre todo de mujeres que son obligadas a prostituirse por criminales sin alma ni corazón, es un problema real y que sigue creciendo sin freno sobre todo en el norte del estado, en Cancún y la Riviera Maya.
De hecho, las redes de trata operan con total libertad e incluso proveen de servicios sexuales a empresarios, funcionarios, mandos policiacos y miembros de la “socialité” quintanarroense con los que han estrechado lazos de amistad y complicidad.
La ley es inútil. Es letra muerta. Ni previene, ni combate, ni sanciona. ¿O acaso recuerda usted la detención de algún proxeneta al que se le haya dado una fuerte sentencia por este delito? ¿Cuándo se ha enterado usted, mi estimado lector, de que se haya desintegrado una red de tratantes de las que operan en Cancún o Playa del Carmen?
Lo más triste del caso es que nuestra constitución local es un compendio de leyes inútiles en la práctica, leyes que son presentadas en muchos casos por diputados miopes que solo quieren lucirse y aparecer en la foto como los creadores de alguna iniciativa para justificar sus desproporcionados salarios.
Otras leyes inútiles a todas luces son la ley de víctimas (la mayoría de las víctimas son victimizadas de nuevo por corporaciones insensibles y dependencias de asistencia), la ley de protección y bienestar animal (basta ver la cantidad de dueños irresponsables y de animales callejeros para darse cuenta que es un fracaso), la ley de acceso a las mujeres a una vida libre de violencia (desde 2012 Quintana Roo es puntero en violencia de género en la región), entre muchas otras.
Son leyes bonitas, repletas de buenas intenciones, pero que nunca se reflejan en el bienestar de la sociedad. Son leyes inservibles.