Novedades Chetumal
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Todas las ciudades están expuestas al flagelo del crimen, pero nos hundimos en el desamparo cuando sus barreras de contención son de algodón de azúcar. Esta reacción me arrebata cuando conozco detalles de la muerte de Carlos Santín Hoare, un chetumaleño ejemplar que fue asesinado por una jauría de malvivientes en una colonia de Chetumal.
Desde el domingo por la noche mi amigo Jaime Arturo Alvarez Cervera publicó en Facebook los detalles del bestial ataque que arrebató la vida a su amigo, con quien experimentó en el grupo de rock Exodus, allá por 1988.
Carlos Santin era un ingeniero especializado en sistemas eléctricos, y estaba dedicado a su empresa y su familia, bajo el manto de la religión. Era de esa clase de chetumaleños cuyo desempeño nutre a nuestra flagelada capital, cuyos nuevos ocupantes son trigo mezclado con cizaña.
Este martes en el noticiero de Gonzalo Hermosillo una sobrina de Carlos Santín denunció una cadena de actos de negligencia en los que participaron los elementos de Seguridad Pública Municipal que arribaron al sitio con poco más de 40 minutos de retraso, tipificando a lo bruto el baño de sangre como riña callejera.
Arrastrados por la desesperación –ya que ninguna ambulancia aparecía– llevaron al herido a la Cruz Roja, donde le negaron auxilio. Poco después dejó de existir este hombre pacífico por no entregar 10 pesos a un puñado de drogadictos.
Algo tiene que decir el director de la Policía Municipal Preventiva, Gumersindo Jiménez Cuervo. Algo tiene que explicar el responsable de la Cruz Roja en Chetumal. Porque hay otros culpables con uniforme.
El gato de Alicia
La diputada federal panista Alicia Ricalde Magaña no estuvo presente en la sesión en la que se aprobó el nuevo huso horario para Quintana Roo, el pasado cuatro de diciembre. Uno de sus allegados me aseguró que a la alcaldesa de Isla Mujeres le fue imposible llegar al recinto por formar parte de la Comisión de Defensa Nacional que discutía el doloroso caso Iguala.
Pero 17 de sus 27 integrantes se dieron tiempo para acudir a la votación, incluido el presidente de esa comisión, Jorge Mendoza Garza ¿Cálculo político el de Alicia o excesivo celo por el caso Iguala? El gato de Alicia está bajo llave en la recámara.
