Alerta Roja
Javier Chávez Ataxca
Encumbrada en el liderazgo sindical del Congreso local en noviembre de 2017 por decisión del panista Eduardo Martínez Arcila –Presidente de la Gran Comisión en el “Congreso del Cambio”–, la chetumaleña Mercedes Rodríguez Ocejo se engolosinó con la posición de privilegio y recurre a las mañas para conservar el poder, intentando eliminar a la mala a uno de sus más fuertes competidores.
Recientemente incluyó a Javier Vargas Acosta en la Comisión Política Estatal de la Federación de Sindicatos de Trabajadores al Servicio del Gobierno del Estado (FSTSGE) encabezada por Roberto Poot Vázquez, otro líder que se ha eternizado en el trono.
Pero Javier Vargas fue incluido sin su consentimiento cuando están por lanzar la convocatoria para el relevo de Meche Rodríguez, lo que huele a marrullería de la líder sindical cuyo período tuvo una prórroga de un año por la pandemia y que logró la reelección con mano alzada, evitando el voto secreto.
Aspirante al liderazgo sindical, Javier Vargas no aceptará ser comisionado a la FSTSGE y está analizando con asesoría legal si se configura un delito.
El liderazgo del Congreso quintanarroense es lucrativo para Meche, porque en promedio cosecha 80 pesos por cada uno de los 250 trabajadores de base. Capta al mes 40 mil pesos y el gasto fijo asciende a 110 mil pesos, por lo que dispone de 30 mil pesos sin rendir cuentas. Y la caja registradora de la dirigente suena cada quincena, cada abril, cada primero de mayo y temporada navideña.
Entre sus ventajas, puede repartir licencias sindicales y recibir un aumento en su compensación –Meche recibía 20 mil pesos quincenales en tiempos del “Verde” Gustavo Miranda García y sus allegados incluso 15 mil –, lo que explica su cariño al liderazgo sindical que desangra a los trabajadores sin aportarles un solo beneficio.