Visión Intercultural
Francisco J. Rosado May
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Casi todo el mundo conmemoró el pasado 22 de abril el Día de la Tierra. Los líderes de los países mas poderosos, militar y económicamente, hicieron compromisos fuertes. Por ejemplo, el Presidente Biden de Estados Unidos anunció que retoma los Acuerdos de París del 4 de noviembre de 2016 y prometió recortar las emisiones de CO2, de su país, en un 50% con respecto a los niveles de 2005 para finales de la actual década. El objetivo es que la temperatura promedio global no se eleve más de 1.5 °C.
Estados Unidos es el segundo país emisor de ese gas en el planeta, detrás de China. Después de Trump, Estados Unidos busca recuperar el liderazgo mundial en muchos frentes, económico, militar, político, frontera espacial, etc., pero no puede hacerlo sin abordar apropiadamente el tema ambiental.
Los demás países poderosos como China, Rusia, Japón, Europa, y los emergentes como India, Corea del Sur, Singapur, Australia, entre otros, también lo saben.
Sus costas, cuerpos de agua y disponibilidad de líquido, suelos, vegetación, biodiversidad, temperatura ambiental, cambios climáticos bruscos, migración, hambruna, aparición de enfermedades, guerras, etc., lo recuerdan cada vez con más frecuencia, gritando desesperadamente para ser oídos por todos los habitantes del planeta.
A los efectos ambientales catastróficos (inundaciones, ciclones, tornados, temblores, el niño, la niña, algas en las costas, muertes masivas, extinción de especies, etc.) se suman las voces de quienes llamamos con cariño ambientalistas.
La niña sueca Greta Thunberg no está sola, en esta ocasión otra joven, orgullosamente de origen mexicana, Otomí, Xiye Bastida fue una de las oradoras principales en el evento del año en curso, hablando a todos los líderes del mundo con un mensaje poderoso para atender al medio ambiente; falta ver las acciones que tomen para saber si realmente escucharon.
El discurso de Xiye está disponible en: https://www.youtube.com/watch?v=QOH2EV_xKm4
En 2015 México adoptó los objetivos del desarrollo sostenible para ser alcanzados en 2030. Se trataba de evitar que el incremento de la temperatura promedio mundial sea mayor a 1.5 °C.
El reto es gigantesco, no basta con asegurar la bolsa de 10 mil millones de dólares anuales que pide la ONU, ni solamente cambiar tecnologías; se trata de lograrlo mediante un enfoque integral, de políticas públicas, de gobernanza, de ingenio, de compromiso, de ética.
Estamos a 9 años para el 2030 y no hay seguridad de que la meta se alcance. En México tenemos elecciones este 6 de junio, las campañas están a todo lo que dan.
Revisando las noticias en medios sociales y formales impresas, es posible concluir que ninguna propuesta de trabajo tiene una visión de largo plazo como lo demanda lo descrito en el párrafo anterior. Ni siquiera hay una mención importante sobre problemáticas ambientales, de ningún partido. Abundan las propuestas de corto plazo, la mayoría para condiciones locales y específicas.
Importantes, sin duda, pero ¿sería mucho pedir a los partidos y candidatos/as que de alguna manera presenten una visión de futuro en el que sus propuestas de corto plazo se articulan con problemáticas de largo plazo y cómo en cada distrito o municipio se estará contribuyendo para alcanzar las soluciones de problemáticas globales? ¿O no hay capacidad o voluntad para honrar no solo el Acuerdo de Paris sino los 17 Objetivos del Desarrollo Sostenible para el 2030? O bien, ¿cuántos de los candidatos/as conocen lo suficiente los instrumentos mencionados?
Sería lamentable de que el tono de campañas se distinga solo por la denigración entre candidatos/as. No queda mucho tiempo, solo 9 años para llegar al 2030, es decir un periodo presidencial más y quizá dos de diputados y presidencias municipales.
O seguimos con campañas de lodo y sin propuestas de largo plazo o mantenemos la inercia y esperamos que el descuido con nuestro medio ambiente agrave los problemas de seguridad, economía, enfermedades, sargazo, etc., que tenemos actualmente, y nos pase una factura imposible de cubrir. La solución está en todos nosotros; se han definido nombres en las candidaturas, toca a los ciudadanos pensar con todo cuidado su decisión de elección.