CAFÉ DE ALTURA
Javier Chávez Ataxca
La reciente visita de Jorge Álvarez Máynez –líder nacional de Movimiento Ciudadano– era noticia y llegar a él labor obligada de reporteros que no necesitan invitación, porque no van a un desayuno o evento privado.
Según la circunstancia, el reportero tiene que abrirse camino a bayoneta calada para conseguir su declaración, y si el manejo de prensa está hecho con las patas van a provocar una situación ríspida, con choques, empujones y una confrontación verbal subida de tono que pudo llegar a los madrazos, como presenciamos en video al llegar al aeropuerto. Nada grave, por fortuna.
De la visita de Jorge Álvarez Máynez a Chetumal supe el mero día, al leer por la mañana una breve columna de Julián Santiesteban. Esta visita la manejó el equipo naranja como la furtiva llegada de Luis Miguel a Bacalar en plan romántico, y no debe ser así porque Máynez se desplaza con recursos públicos y es figura exigida por tres o cuatro temas de máximo interés.
Si un guarura se interpone como tronco en el camino del reportero, crea las condiciones para el reclamo. Por ello quienes manejen prensa en el partido naranja deben abrir agenda para la atención a medios de comunicación, evitando las preguntas banqueteras que obtienen respuestas breves y evasivas.
Supe que Máynez tuvo un encuentro privado con mujeres en el salón de un hotel de la capital, pero hasta ahí. El encuentro fue privado o muy restringido, sin que viniera al caso.
La visita de Máynez fue desperdiciada, porque pudo hablar del campo de batalla electoral actual (Durango y Veracruz) y rumbo a 2027 en Quintana Roo, pero todo quedó en el escandalito por culpa del equipo naranja que solito disfrutó a su figura, victimizándose al sostener que los reporteros fueron enviados a reventar su evento.