Ciro Gómez Leyva
El Universal
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Recibo una carta de Mario Villanueva, ex gobernador de Quintana Roo, preso número 04252-748 en la cárcel federal-hospital de Lexington, Kentucky, donde se encuentra desde el 18 de diciembre. Una síntesis:
“Mi salud anda mal; las enfermedades, en especial las pulmonares, surgieron en Almoloya por el trato inhumano que me dieron y han venido empeorando al grado de que, después de tenerme recluido durante tres meses y medio en el servicio médico de la prisión en que me encontraba, decidieron mandarme aquí.
“En cuanto a mi caso, como bien sabes, la extradición era improcedente, porque se trataba de los mismos hechos y delitos, pero aun contra la ley, el presidente Calderón se empeñó en enviarme y aquí me tienes. Al inicio estuve animado, porque a lo malo siempre trato de encontrarle algo bueno, y pensé que un juicio oral me permitiría aclarar los hechos y resolver mi asunto satisfactoriamente.
“Sin embargo, el gobierno de México estaba decidido a acabar conmigo. Quería también mi condena en este país y me envió listo para ser considerado culpable y condenado en los EU, pues para apoyar la extradición y el juicio en los EU, me mandó sentenciado por los mismos delitos con una pena muy elevada, que significa mi vida en la cárcel, con tres testigos protegidos haciendo las mismas acusaciones que me hicieron en México.
“Te informo que estoy preparando un audiovisual para una conferencia de prensa en la que no quedará duda de que todo es falso, fabricado, producido por una maquinaria perversa. Además intentaré una película, cuya idea me surgió al escuchar sobre la de Presunto culpable, y también estoy escribiendo notas para un libro.
“Ya te enviaré detalles, pero te aclaro que no tengo ningún reclamo contra el gobierno de EU (…) Ahora lo importante es demostrar que los hechos son falsos, y con la ley en la mano, acudir a la Suprema Corte para que reconozcan la inocencia. Sin embargo, he podido percibir que al Ejecutivo Federal le interesa que mi caso se quede como está, ya que después de tantos años en la cárcel y sentenciado como culpable, lo más práctico es el sacrificio de una persona que destapar la cloaca.
“Me atrevo a pedirte que me ayudes, Ciro. Por favor, échame la mano. Van tres años y ocho meses en la cárcel, y en México me espera cadena perpetua por algo que no hice. Los golpes han sido muy duros y hay problemas en la casa, porque mi esposa ya no resistió y está en una crisis nerviosa muy difícil. Estuvo a punto de la apoplejía. Pero mi voluntad es inquebrantable, mi mente es fuerte, sigue clara y limpia y las enfermedades no me impedirán lograr que prevalezca la verdad. Dios te cuide y bendiga”.
MENOS DE 140. Pleito grande en puerta (o en curso ya) entre las dos cabezas históricas de Índigo y los Maccise. Cosas de put y call, cuentan.