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Niza Puerto suena muy fuerte para Cultura

Implorante de un urgente rescate como náufrago, al Instituto de la Cultura y las Artes de Quintana Roo lo han dejado caer irresponsablemente porque los gobernantes sacrifican primero a la cultura en el reparto del presupuesto y colocan a quien sea al mando, lo que explica el grave abandono de esta área tan vital para pueblos como el nuestro, acribillado por la violencia.

Ha llegado la hora de los relevos y en Cultura está sonando muy fuerte el nombre de Niza Puerto Paredes, una mujer con pleno conocimiento y amor por la cultura, a lo que suma una sensibilidad política muy rara en la manada, valiosa característica que la catapulta como la opción más completa para el rescate cultural que debe comenzar de inmediato cuando Mara Lezama por fin reciba el juego de llaves de Palacio de Gobierno.

Niza Puerto no es improvisada en la arena cultural, porque fue la encargada de llevar la batuta cuando fueron organizados los brillantes Festivales de Cultura del Caribe en el gobierno de Mario Villanueva Madrid. Este majestuoso Festival de Cultura fue una enorme propuesta del gobernador Miguel Borge Martín –antecesor de Villanueva–, pero fue perdiendo calidad a zancadas hasta ser ahora un triste recuerdo, ya que lo dejaron caer por falta de presupuesto y de ganas, como dejan morir tantas propuestas exitosas.

Las palomas mensajeras me muestran el nombre de Niza Puerto para Cultura y quiero aprovechar la ocasión para explorar el imperdonable abandono de una institución a la que han cambiado el nombre sin mejorar su calidad, porque fue Instituto Quintanarroense de la Cultura, Secretaría de Cultura y ahora Instituto de la Cultura y las Artes, pero da igual que le cambies el nombre a un hijo si lo alimentas con desechos de comida para los cerdos y lo tienes con grilletes al lado de la cama.

La fase de recuperación es la primera etapa, levantando al Museo de la Cultura Maya de Chetumal, la Casa Internacional del Escritor de Bacalar y el Centro Cultural de las Bellas Artes instalado desde el gobierno de Joaquín Hendricks Díaz en la antigua escuela socialista Belisario Domínguez, ahora nido de inservibles burócratas.

Hay que recuperar el Poliforum Cultural Rafael E. Melgar donde tenemos un mural del mexicano Federico Silva, elaborado en la época del Territorio bajo el mandato de Aarón Merino Fernández. Este Poliforum se encuentra en la avenida de los Héroes –a unos pasos del hotel Los Cocos– y ha sido desperdiciado.

¿Y qué decir del abandono de la Escuela Estatal de Danza y de las Casas de Cultura, y del Museo de la Ciudad ubicado en este Centro Cultural de las Bellas Artes, prácticamente cerrado al público?

Niza Puerto está sonando muy fuerte para este Instituto de la Cultura y las Artes que en nada puede ser comparado con la insuperable gestión de la arquitecta Adriana de la Cruz Molina, titular del Instituto Quintanarroense de la Cultura en el período de Miguel Borge, el gobernante que más impulso dio a la cultura y cuyo legado está a la vista, aunque en el mayor de los abandonos como una residencia invadida por el monte.

Ha llegado la hora de los conocedores, y Niza Puerto combina carácter, talento y amor por la cultura, indispensables para rescatar al Instituto de la Cultura y las Artes del mundo de los muertos.

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