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A eso de las 12.45 horas de este 14 de julio fue ejecutado con una lluvia de balas el chetumaleño Isaías Capeline Lizarraga, director de Gobernación y uno de los elementos de todas las confianzas del gobernador priista Roberto Borge, quien está a punto de culminar su período.
Con Capeline fue acribillado su escolta Angel Felipe Casillas Méndez, cuando circulaban en una camioneta Lobo color negro, por una zona de Cancún. Más de 40 casquillos percutidos con metralletas R-15 nos dan las dimensiones del ataque devastador que impidió que ambos desenfundaran sus armas, quedando anclados a sus asientos.
Obra de la delincuencia organizada, confirmó el Fiscal General del Estado, Carlos Arturo Alvarez Escalera, sumándose a las versiones que han circulado en redes sociales y todo tipo de plataforma de comunicación. Porque lo que tiene en sus manos el ex Procurador de Justicia es el más complejo de los desafíos de fin de gobierno, cuando los frentes de batallas desafían con sus fauces a Roberto Borge.
Isaías Capeline se la jugó con Roberto Borge y lo acompañó desde el inicio de su mandato en la dirección de Gobernación, atendiendo tareas especiales del gobernador con una fidelidad y efectividad a toda prueba, desempeñando con celo su labor de policía secreto y mucho más.
Estamos ante la ejecución más sanguinaria de que se tenga memoria, al menos en un funcionario estatal. Ahora hay que ver de qué está hecho el Fiscal Carlos Arturo Alvarez Escalera, quien acumula notas negativas en la silla más complicada de todas.
