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Jaguar Negro
El alcalde de Bacalar, José Alfredo Contreras Méndez, más conocido como Chepe, trascendió en el arranque del año por otra noticia, que no es la del buen gobernar: renunció por segunda vez al partido que le dio, años atrás, sus primeros espacios en la política: el PRI.
Con el tricolor fue escalando hasta ser regidor, alcalde y diputado y, de nuevo alcalde en alianza con el PAN-PRD.
Resulta que ahora se dio cuenta de que no se siente cómodo ante la avalancha morenista y renunció a su vieja casa y escuela, donde brilló de la mano de Roberto Borge.
El alcalde fue noticia el año pasado por su fallida arremetida contra la síndica, Vanessa Piña, a quien intentó de todas formas sacar de la representación legal, como si se tratara el gobierno de una empresa privada o una hacienda del siglo pasado.
Olvidaron alcaldes y regidores que la síndico fue electa como parte de una planilla y es una representación, no una empleada más.
No menos escandaloso fueron los casos de abusos sexuales y laborales en los que estuvieron involucrados asesores y funcionarios de primer nivel de Chepe, que acabaron en denuncias en la Fiscalía del Estado (y Derechos Humanos), donde no prosperaron, como pasa con casi el 99 por ciento de las denuncias en Quintana Roo, tal como se evidenció en la comparecencia del fiscal ante el Congreso del Estado.
Ahora Chepe, que pintó su taquería de verde, seguramente ya anunciará la afiliación al partido de moda, donde espera tener otros espacios para seguir su carrera que acumula más escándalos que logros en favor de la ciudadanía. Total, aquí no ha pasado nada.
