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Discursos van, discursos vienen, y las mujeres del ámbito rural siguen “sin voz ni voto”

“Desde el cristal con que miro”

Miriam Chan

Aunque en Quintana Roo tenemos por primera vez una mujer gobernadora, y estamos a punto de hacer historia nacional con la inminente llegada de otra mujer a la silla presidencial en el 2024, es urgente y necesario seguir trabajando para abrir caminos amplios y lograr una verdadera equidad de género, sobre todo para las mujeres que habitan en localidades rurales, donde incluso 7 décadas después de instaurarse el derecho al voto femenino estas continúan siendo mancilladas, marginadas y relegadas por el machismo existente.

Más allá de las conmemoraciones y los discursos políticos por el 70 aniversario de voto de la mujer en México, hombres y mujeres de la política nacional y estatal tienen la responsabilidad de redoblar esfuerzos y acciones para que las mujeres del ámbito rural crucen la brecha y tengan las mismas oportunidades de los varones tanto para decidir el sentido de su voto, como para tener las mismas oportunidades para contender por un puesto de elección popular por el partido de su preferencia en las próximas elecciones electorales del 24.

Desde 1953 en México se reconoció que las mujeres podían votar a nivel federal, pero también participar para ser elegidas candidatas a puestos de elección popular, y si bien es cierto, que con la llegada de Mara Lezama a la gubernatura del estado, en Quintana Roo se rompió un paradigma y actualmente el 67 por ciento de los puestos públicos de la entidad son ocupados por mujeres, me atrevo a decir que, si acaso, solo unas cuantas provienen del ámbito rural.

Pareciera ilógico que en un mundo globalizado donde la apertura y el acceso al internet es cada vez mayor, las mujeres pudieran tomar la decisión de abandonar la sumisión en la búsqueda de mejores oportunidades de vida, pero lamentablemente para las mujeres rurales la realidad es otra; el hombre o jefe de familia es quien decide por qué candidato o partido votará su mujer e incluso sus hijas, en pocas palabras, el machismo prevalece y las mujeres “no tienen ni voz ni voto”.

El discurso de Mara Lezama fue emotivo, sí, y subrayó la necesidad de cambiar la mentalidad de la sociedad respecto al liderazgo femenino, y las dudas que aún persisten sobre la capacidad de las mujeres para desempeñar roles políticos, pese a que han sabido sortear todo tipo de obstáculos y resabios de un machismo rancio social e institucional. Lamentablemente no todas las mujeres de su gabinete están comprometidas con su liderazgo y muchas solo buscan el oportunismo y la selfie.

“Desde el cristal con el que miro” las palabras de la jefa de jefas deberán traducirse en acciones para lograr la igualdad, pero sobre todo dignidad para las mujeres de todos los ámbitos, brindar las mismas oportunidades de estudiar, de participar en la política, de escalar en los puestos de gobierno, aunque estas provengan de comunidades rurales. No hay que olvidar que el sexo femenino ha tenido un papel preponderante en la historia política del país, y que en Quintana Roo, del millón 416 mil votantes, 699 mil 151 son mujeres, es decir, casi el 50 por ciento del listado nominal.

Nos leemos la próxima semana.

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