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La otra cara del sargazo

Cuando vemos fotos de políticos en brigadas de limpieza de sargazo en Quintana Roo, poco sabemos del daño a la salud de los trabajadores que en realidad lidian con el problema. En 2019 la Unidad Académica de Sistemas Arrecifales, de la Universidad Autónoma de México (UNAM) señaló los diversos problemas que esta alga provoca al contacto con la piel.

Especialistas en la materia, señalan que el manejo del alga ha sido incorrecto por los gobiernos, ya que lo recogen como basura y lo tiran generalmente en la selva, generando otro problema. Al descomponerse esta alga y al contacto con el oxígeno, produce ácido sulfhídrico y amonio, lo que a su vez genera arsénico, metales pesados y micro plásticos, estos van a la red trófica, que es la interconexión natural de las cadenas alimenticias en una comunidad ecológica, por lo que barrer y recoger a mano el sargazo es perjudicial para la salud de los trabajadores que lo hacen. No sólo se trata de la imagen de nuestro destino turístico y el olor desagradable, proteger la salud de los trabajadores de hoteles y ayuntamientos, también debe ser una prioridad. Recursos para atender el problema han existido de sobra.

En la administración de Carlos Joaquín, a través de la Secretaria de Ecología y Medio Ambiente (SEMA) y su titular, Alfredo Arellano, se destinaron 254 millones de pesos, más otros millones extras, que jamás se vieron reflejados en equipo de protección para trabajadores y tecnología para aminorar el problema. Ese dinero simplemente desapareció. La senadora Marybel Villegas, interpuso una denuncia ante la Secretaria de la Función Pública Federal y la Fiscalía General de la República en contra del funcionario por desvío de fondos, sin que hasta el día de hoy se haya iniciado una investigación por parte de ambas instituciones.

Con toda tranquilidad, el ex funcionario de SEMA presume en sus redes sociales, los exquisitos y finos vinos que puede costearse, mientras que, con overoles viejos, palas y guantes rotos (que los trabajadores en ocasiones deben comprar) se enfrenta el fenómeno en Quintana Roo, año tras año. La bióloga Rosa Rodríguez Martínez, especialista en arrecifes y ecosistemas de la UNAM, ha señalado que los gases desprendidos por el sargazo llegaron a 56 por millón, cuando arriba de 2 es peligroso para personas con problemas respiratorios. Esto nos da una clara idea de los problemas de salud que estarán presentando los trabajadores del sector público y privado, a corto plazo, y ya todo el país sabe que el sector salud nunca será como el de Dinamarca.

El aprovechamiento del sargazo tampoco fue del interés del gobierno estatal anterior, a pesar de que existen diversas propuestas de empresarios e investigadores. Para la generación de diversos productos, además del material de construcción como los bloques hechos con el sargazo. Los 24 millones de toneladas de sargazo que se han registrado en casi toda la región caribeña, y su capacidad de duplicar su masa en menos de 20 días, debería preocupar seriamente al sector empresarial turístico y autoridades del estado.

Una foto sonriendo y levantando sargazo no resuelve el problema, ni causa admiración, cuando se pone en riesgo la salud de las personas.

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