Alerta Roja

Infiltrado Morena por el Verde, la alcaldesa cancunense Ana Paty Peralta quiere llegar a Palacio de Gobierno

Javier Chávez Ataxca
CAFÉ DE ALTURA

La alcaldesa cancunense Ana Patricia Peralta de la Peña podrá firmar mil y un decálogos para comprometerse a tener como guía política los ideales de la Cuarta Transformación, pero su verdadero patrón es el “Niño Verde” Jorge Emilio González Martínez, quien en 2018 la hizo diputada federal plurinominal de su partido, el Verde Ecologista.

Ana Paty pasó del Verde a Morena por un acuerdo en las alturas, no por convicción. La conveniencia política se impuso y el arreglo benefició al Presidente Andrés Manuel López Obrador, quien necesitaba los votos del Verde para tener la mayoría que le permitiera impulsar sus reformas estructurales. Es historia reciente.

Ana Paty no se siente morenista y esta casaca guinda la porta como los futbolistas que cambian de equipo por así convenir a sus intereses, y los de Jorge Emilio.

Ella votó en contra de Andrés Manuel López Obrador en el combate de 2018 por la Presidencia y respaldó a José Antonio Meade Kuribreña, apoyado por su partido Verde y el Panal en la coalición formada con el PRI.

La alcaldesa de Cancún triunfó en la reciente elección no por su arrastre popular prácticamente inexistente, sino por el tonelaje de la marca Morena cuyos candidatos han ganado sin salir de la hamaca.

Ana Paty sin Morena carece de potencial electoral y se desploma, lo que explica su morenismo por conveniencia para aspirar a la candidatura estelar en 2027 y amanecer en Palacio de Gobierno, cumpliendo el gran objetivo de su jefe real: el insaciable Niño Verde, bendecido por la fortuna política.

Sea quien sea el candidato de Morena y Verde –se me olvidaba el pigmeo PT, tercer miembro de la imbatible coalición–, la 4T ganará de nuevo la gubernatura.

El juego en marcha está muy desnivelado porque PAN y PRI carecen de figuras competitivas y sobre todo de ánimo combativo. Son boxeadores empapados en cloroformo y llevados en camilla.

Resignados a su destino, priistas y panistas ni siquiera serán animadores del proceso electoral en marcha, a menos que ocurra una ruptura en el ejército hasta hoy invencible y el Verde desafíe a Morena.

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