Alerta Roja

Los Fiscales fuereños no son la solución y se confirma con Montes de Oca y Raciel López

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Javier Chávez Ataxca

Ante el fracaso de los de casa como titulares de la Fiscalía General de Quintana Roo, la era de los expertos fuereños ha sido una falla mayor iniciada con el chilango Óscar Montes de Oca Rosales –en el mandato del gobernador Carlos Joaquín– y repetida ahora con el chiapaneco Raciel López Salazar, de cuyo paso previo como delegado de la Fiscalía General de la República en Cancún no hay una sola acción rescatable.

Los fuereños llegan con desplantes de conquistadores españoles ante aborígenes maya caribeños, desplazando de golpe a los locales para dejar en las posiciones estratégicas a su gente de confianza, tal como hizo Montes de Oca con el aval de Carlos Joaquín, quien también desde el inicio de su período abrió las compuertas a fuereños, muchos de ellos de Puebla.

El Fiscal de la tierra del Subcomandante Marcos se ha rodeado de chiapanecos y uno de ellos –Pedro León Toro Peña, jefe de la Policía de Investigación– detonó un escándalo porque él con sus ahorritos o un discreto padrino pagó varios millones de pesos para contratar a los Tucanes de Tijuana, platillo estelar en la pomposa fiesta de 15 años de su hija, según la nota exclusiva del diario Reforma.

Pero además este mando de la Fiscalía desplazó de Quintana Roo a Chiapas a peones de la Fiscalía para garantizar la seguridad de los asistentes. Si el Fiscal Raciel López lo supo, muy mal, y si no estaba al tanto es mucho peor.

El cese fulminante de Pedro León fue la inmediata reacción para mitigar el impacto, pero esta travesura subida de tono deja al descubierto la gangrena que sigue sin tratamiento en la Fiscalía cuyo cambio de nombre es la aplicación de maquillaje en un rostro putrefacto, ya que la anterior Procuraduría de Justicia contaba con titulares de casa, muchos con cualidades o con vergüenza ante su pueblo.

Ahora hay una Fiscalía que cuenta con un presupuesto a manos llenas, pero parasitada por fuereños que actúan a espaldas de los quintanarroenses, ya que sus intereses y corazón están en Chiapas.

Los fuereños han fracasado y esto se confirmó con el chilango Óscar Montes de Oca Rosales y ahora con el chiapaneco Raciel López Salazar, quien se da gusto desplazando a los mandos de patio para rodearse de sus amigos de la región de Palenque, sin mejorar los números de la Fiscalía.

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