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La amnesia de Fidel

Tiro Libre

Anwar Moguel
Novedades Chetumal
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En agosto de 2011, el abogado cozumeleño Fidel Villanueva Rivero tomó por asalto la presidencia del Poder Judicial en una maniobra política digna del propio Maquiavelo que permitió desplazar a su antecesora, Lizbeth Loy Song Encalada, quien se había enquistado en la posición y, la verdad sea dicha, no quería soltar el hueso.

Desde su llegada, el nuevo titular del Poder Judicial prometió mucho, incluso entre sus propuestas manejó una para reformar la Ley Orgánica del Tribunal Superior de Justicia de Quintana Roo e impedir así la perpetuación en el cargo de los magistrados y de los presidentes del Tribunal.

El discurso de uno de los más jóvenes magistrados fue convincente y bien aceptado por los abogados, los políticos e incluso los ciudadanos comunes con interés en los asuntos gubernamentales. No era para menos, Villanueva Rivero quería poner candados para que los magistrados pudieran estar en el cargo por un máximo de doce años, mientras que los presidentes del Tribunal estarían limitados a una sola reelección por tres años para cumplir, en el caso mayor, un plazo de seis años al frente del Poder Judicial.

El argumento principal de Fidel era irrebatible: para mantener la frescura del Tribunal era necesario “oxigenar” la presidencia e impedir los liderazgos perpetuos.

Pero bien dicen que el poder cambia las perspectivas, y los que se encumbran pierden incluso sus ideales para mantenerse en las alturas. Fidel Villanueva experimentó esta transformación enterrando, con sus hechos, aquellas ideas que tenía para reformar el Poder Judicial en Quintana Roo.

Tras seis años como magistrado y cuatro años en el cargo de presidente acaba de ser palomeado por el Congreso local para un periodo más de seis años al frente del Tribunal, por lo que si no sucede nada extraordinario el funcionario cozumeleño de 35 años de edad se aventará una década –al menos–  como mandamás.

Sus privilegios no terminan allí, pues con esta reelección completará sus 12 años como Magistrado, lo que significa que podría retirarse a los 41 años de edad con una jugosa pensión mensual para disfrutar el resto de sus días.

Fidel se sacó la rifa del tigre, porque siendo realistas, su papel como titular del Poder Judicial no ha sido destacada como para recibir el aval mayoritario de los diputados locales obviando los defectos de su gestión, que incluso ha recibido observaciones negativas de las autoridades federales por la ineficacia en la implementación de los juicios orales.

No se le puede felicitar por su reelección. No cuando con ese acto pisoteó sus propias palabras que, quedó más que claro, fueron demagogia pura y no representaban una intención real de cambiar las cosas para bien.

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