Golpe de Mazo
Novedades Chetumal
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A casi cinco años desde que el zoológico de Chetumal fuera reabierto a finales de 2010 con el nombre de “BioUniverzoo” y posteriormente renombrado como Payo Obispo Zoo, finalmente el alcalde capitalino, Eduardo Espinosa Abuxapqui, lanzó el anuncio oficial de que se comprará un nuevo trenecito para el parque, y que según dijo será uno de los atractivos más importantes para los visitantes.
Y en eso tiene razón. Por tradición, el trenecito del zoológico fue un paseo obligado para todos aquellos chetumaleños y turistas que recorrían el parque en sus buenos tiempos, pero tras la larga y costosa remodelación que emprendió el ex alcalde Andrés Ruiz Morcillo–enfilado como candidato independiente a diputado federal–, el zoológico perdió esa atracción por pura y simple negligencia.
Porque ya existía un trenecito completamente funcional. Algunas reparaciones y mantenimiento hubieran sido suficientes para echarlo a andar.
Pero Ruiz Morcillo y la constructora encargada del proyecto BioUniverzoo decidieron comprar, por puro negocio, un nuevo tren eléctrico que nunca sirvió, mientras que el trenecito original “desapareció”, para ser encontrado después en un predio particular donde lo mantiene bajo resguardo un particular, presuntamente por un adeudo del Ayuntamiento.
Con un tren varado por inservible y otro en litigio, Abuxapqui decidió reactivar la atracción con una decisión radical: desechar el eléctrico y comprar un nuevo tren con motor a gasolina capaz de transportar a 60 personas, incluyendo un vagón con rampa especial para personas con alguna discapacidad.
Lo grave es que este nuevo tren costará al erario más de tres millones de pesos, sin contar algunos ajustes que se realizarán a las vías debido a ciertos detalles detectados en los durmientes.
La cantidad no es menor, sobre todo si se considera la crisis financiera que atraviesa desde hace mucho el Ayuntamiento capitalino que tiene que lidiar con pesadas deudas heredadas por los ex alcaldes Andrés Ruiz Morcillo y Carlos Mario Villanueva Tenorio.
Y mientras que un tren está prácticamente perdido y el otro permanece inservible, ninguno de los responsables de este derroche inaceptable de recursos ha pagado por su negligencia.
Le tocó cargar al muerto al alcalde Eduardo Espinosa Abuxapqui, quien responderá a las peticiones de los chetumaleños realizando un gasto millonario que tuvo que evitarse. Las consecuencias de hacer las cosas de manera irresponsable.