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Novedades Chetumal
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Dos niñas chetumaleñas de 11 y 13 años se suicidaron recientemente, en escalofriantes episodios sucesivos ocurridos en un par de colonias populares. Debe llamarnos la atención la edad de estas pequeñas que atentaron contra sus vidas, ya que el fenómeno amerita una investigación a fondo para identificar las causas, yendo más allá del asombro.
Primero una niña de 13 años se suicidó en la colonia Proterritorio. La pequeña se ahorcó, utilizando una sábana. Poco después fue descubierta por el abuelo.
La otra pequeña de 11 años se ahorcó poco después, colgándose de una hamaca, aprovechando que su madre la había dejado sola en la vivienda del fraccionamiento Américas III.
Los medios de comunicación se quedan a medias cuando manejan este tipo de sucesos tan dolorosos, no sólo para las familias arrastradas por mares de histeria y desconsuelo. La difusión del hecho incluye datos imprecisos, algunos nutridos por la imaginación del reportero de la fuente que se escuda en rumores, por la necesidad de tener algo que reportar.
Pero la asignatura pendiente es el dato duro que debe ser procesado y analizado por la Secretaría de Salud y la Procuraduría de Justicia del Estado, para que la información nutra estrategias que deben impulsarse para evitar esta variante de suicidios que nos duelen mucho más, ya que una niña no tiene elementos de juicio para la toma de decisiones.
Habituados a la tragedia que nos persigue desde antes del desayuno, el suicidio de dos niñas provocó reacciones de espanto en Chetumal y otras latitudes, pero en la capital del estado estos terribles sucesos tienen un efecto que se diluye en cuestión de días.
Contamos en Chetumal con un Colegio de Psicólogos de Quintana Roo (Copsiqroo) cuyos integrantes permanecen hibernando como osos, sin ser sacudidos por este tipo de actos que exige una investigación fundamentada en un trabajo de campo riguroso.
Y si este Copsiqroo tan sólo sirve para hacer un lavado de pies a los candidatos a la diputación federal, conviene que arriben psicólogos de otras regiones para arrojarnos alguna luz sobre estos suicidios infantiles.
Hablo como padre de familia, y después como periodista. Porque esto me preocupa, pero debe ocuparnos a todos.