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“Cría cuervos y te sacarán los ojos”; así de ingrato y malagradecido resultó Heyden Cebada contra quien lo puso en el poder

“Desde el cristal con que miro”

Miriam Chan

Tras promover un acto de inconstitucionalidad ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación por el recorte aplicado en el presupuesto, en contra de quien lo propuso y aseguró como magistrado presidente del Poder Judicial de Quintana Roo, al ingrato Heyden Cebada Rivas poco le importó exhibir a la gobernadora Mara Lezama y al Congreso del Estado con tal de continuar teniendo un jugoso presupuesto para la “impartición de la justicia”; y es que todo parece indicar que en los próximos días tanto la jefa del ejecutivo como el legislativo podrían salir mal librados si el TSJ no desestima la controversia constitucional.

Bien reza el dicho: “cría cuervos y te sacarán los ojos”. A pesar de que Mara Lezama Espinosa hizo síndico a Heyden Cebada cuando era presidenta municipal de Benito Juárez, y luego lo impuso para que quedara como magistrado presidente del TSJ, a éste poco le ha importado poner en el ojo del huracán a la gobernadora ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación, ya que, se desista o no, la exhibida a la jefa del ejecutivo y al congreso local nadie se las quita; y no es que tenga o no razón, sino que pudo haber impugnado sin tanto escándalo, pero lamentablemente su afán de protagonismo logró más que su memoria y traicionó a quien lo hizo político y le dio nivel, pues no hay que olvidar que el yucateco Heyden Cebada era solo un simple notario público.

Durante la última semana, Cebada Rivas ha traído en jaque al Congreso del Estado, al retirarse de la mesa de acuerdos sin entregar alguna propuesta respecto del reclamo legal realizado ante la Corte y sus implicaciones presupuestarias, a grado tal que el diputado Humberto Aldana Navarro, presidente de la comisión de puntos constitucionales del congreso y coordinador de la bancada de Morena, tuvo que salir a declarar en maniobra de reversa que “el Tribunal Superior de Justicia es autónomo para ejercer su presupuesto”; vaya manera tácita de reconocer la irregularidad entre la cual se aprobó el decreto que autoriza al Poder Ejecutivo afectar los presupuestos de los poderes y órganos autónomos del Estado, y reducirlos bajo el supuesto de austeridad institucional para generar ahorros con fines sociales.

Otro que tuvo que entrar al quite es Benjamín Trinidad Vaca González, actual secretario general del Poder Legislativo e incrustado desde hace más de una década dentro del Poder Legislativo, quien en su afán de justificar la acción del Congreso del Estado, basada en la reforma legal al artículo 67 de la Constitución, aprobado en diciembre de 2022, y que permitió recortes presupuestales a los poderes y órganos autónomos cuando y en la cantidad que considere necesario, señaló que “estamos realizando absolutamente todo para hacer una defensa adecuada de lo que consideramos se realizó de manera óptima en el Congreso del Estado”, por lo que en los siguientes días concluirán el documento de contestación ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

Es así como, desde el interior del Congreso del Estado, los legisladores buscan un acuerdo extrajudicial con los magistrados del Tribunal Superior de Justicia y ofrecen una modificación de su presupuesto para el presente ejercicio fiscal, sin embargo, desde el Poder Judicial se mantiene vigente la controversia constitucional promovida en la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) para revocar la reforma legal al artículo 67 de la Constitución.

No hay que pasar por alto que en el Tribunal Superior de Justicia que encabeza el malagradecido Heyden Cebada, se maneja un millonario fondo para el mejoramiento de la impartición de justicia, donde también se operan sin ningún tipo de transparencia las multas cobradas en los juicios de todas las materias a juzgar, así como el llamado «haber de retiro”, en donde también se gasta mucho dinero para las prestaciones de los magistrados en jubilación, quienes reciben sin trabajar entre el 80 y 100 por ciento de los salarios que percibían en funciones, como un privilegio que pocos tienen en materia laboral, entre otros rubros del excesivo gasto al interior del Poder Judicial local.

Nos leemos la próxima.

“Desde el cristal con el que miro”.

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