Estos son días muy intensos para los “grillos” del patio.
Unos no duermen como Dios manda porque se les termina el $ustento ($u$tentote, replicarían algunos) y otros -la nueva administración- no lo pueden hacer porque saben que pronto estarán transitando como Pedro por su casa en los máximos círculos del poder.
Ambas situaciones joden los nervios.
La vida, cuando da un giro de tales dimensiones, provoca que a varios se les bote la canica bien gacho.
Muchos no están preparados para enfrentar retos de tales dimensiones -hay varios ejemplos en la actual administración- y terminan siendo un fiasco que solo hace evidenciar el mal tino que tuvo el que los escogió.
El quid es que, por balines, quedan marcados para siempre.
Al final, hubo demasiado petardo en ese equipo que en un principio generó expectativas de que pasarían a la posteridad. Lo harán, sí, pero no precisamente por buenos.
Ahora falta ver cuál será el “trabuco” que está por llegar.
Lo que venga, conque haga mitad de lo que los actuales no hicieron significará para el estado una ganancia de incalculables dimensiones.
Paradójicamente, el único que actualmente duerme a pierna suelta, es CJ.