“Palabras Mas, Palabras Menos”
Leny Prado
Un verdadero largometraje de terror se vive en nuestro país y no es tan solo la percepción de inseguridad que tiene el ciudadano, es una realidad tan tangible comosurrealista. Por ejemplo, lo vivido este fin de semana en Chiapas con la llegada de un comando armado aparentemente con integrantes del cártel Jalisco, montados en vehículos blindados, fue recibido con vítores por habitantes de Frontera Comalapa, esto luego de asegurar que llegaban para resolver la problemática que ha rebasado a las autoridades por el control de la seguridad.
Aquí dos cárteles se disputan la ruta del narcotráfico en la frontera sur. Lo que pareciera un hecho peliculesco, debería ser de gran ocupación de quienes tienen la responsabilidad de garantizar la seguridad pública, ver que grupos delincuenciales son quienes se atribuyen esas funciones frente a una sociedad que en los últimos tiempos ha carecido de todo y principalmente de tranquilidad.
Si bien es cierto que a la orden del presidente se refuerza militarmente la zona, alguien más ya se adelantó y esto seguramente no traerá las mejores consecuencias.
Se suma a esto, la privación ilegal de la libertad en Zapopan Jalisco de la Alcaldesa de Cotija, Michoacán, Yolanda Sánchez Figueroa, a manos de un grupo armado que si bien ya se “investiga”, aún no hay resultados y mucho menos tranquilidad en ninguno de los ámbitos ni sectores.
Y no menos complicado el panorama de inseguridad que se vive en Quintana Roo. Recién este fin de semana fueron baleados restaurantes “Los Aguachiles” simultáneamente en Playa del Carmen y Cancún. El cobro de piso ha sido tema recurrente de los empresarios que no ven su esquina con las amenazas que surgen de grupos criminales y que merma no solo en la tranquilidad del turismo, sino en la de los mismos comerciantes que al igual que mueren personas, ven morir sus negocios.
Sobre este caso, autoridades municipales de Cancún ya reportan detenidos y es plausible la velocidad en el actuar, sin embargo, el clamor es “no más hechos violentos”.
La desaparición forzada de personas, llamadas de extorsión, cobro de derecho de piso y varios delitos más, se suman en una muy mala ecuación para el cotidiano día a día.
Hay miedo y no es percepción, es una realidad. Caminar por las calles ya no es como antes, y no es que uno la deba, es que estar en el momento equivocado a la hora equivocada también es posible.
Cómo se extraña ese Chetumal de antaño, seguro y tranquilo, donde caminar sus calles era regocijo y no miedo, sobre todo si ya nos cae la noche.
No, nos resignamos a un Quintana Roo inseguro. Próximo a cumplir sus 49 años, deseamos vivir con paz.