
Hoy, ocurrió lo único que nos falta ver en la capital de San Caralampio.
Policías enfrentándose a delincuentes en plena avenida y a la luz del día.
Resultado: un malandro abatido y dos hospitalizados, según el informe oficial.
Lejos quedaron (ya son historia), aquellos días cuando en la comarca se respiraba paz y tranquilidad. Cuando podías salir a la calle sin mayor riesgo que el que te mordiera un perro el trasero, cosa rarísima también porque hasta los canes eran educados en extremo.
Hoy, hasta las actitudes de los sancaralampiños ha cambiado. Antes se horrorizaban con cualquier mínimo detalle que tuviera visos delictivos (una pedrada en la mollera de algún cristiano, por ejemplo).
Ahora, han desarrollado una capacidad extraordinaria para sobreponerse al susto y activar el teléfono celular para grabar las acciones como las que hoy se registraron. La imagen ya no solo se queda en la retina, sino que circula por medio mundo a través de las redes sociales.
Así, hoy vimos videos de todos los colores y sabores. Y también leímos comentarios de metiches que sin saber bien a bien del asunto, plasman en letras todo tipo de barrabasadas.
El quid del asunto es uno solo: hay que aprender a vivir con este nuevo panorama.
El destino, por desgracia, nos ha alcanzado de la manera más brutal que ha podido.
(Crédito de fotografía a quién corresponda).