Visión Intercultural
Francisco J. Rosado May
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Un comentario recurrente a la entrega de la semana pasada fue: quien gobierna tiene el derecho de seleccionar a sus funcionarios. Predomina la percepción de que uno de los criterios más importantes es que los funcionarios deben tener la confianza del gobernante. No se niega, siempre que sea apegado a derecho, pero tampoco contraviene la propuesta de que los funcionarios deben tener el mejor perfil, experiencia y formación para la función que desempeñarán.
En un estado de casi 2 millones de habitantes debe ser posible encontrar la combinación de confianza con capacidad. Y es que el horno no está para bolillos. La CEPAL (cepal.org/es/comunicados/) publicó en abril pasado las Nuevas Proyecciones Económicas para América Latina y El Caribe. Los datos, entregados a los países integrantes, entre ellos México, son argumentos para el planteamiento de contar con funcionarios capaces.
La CEPAL preveía un crecimiento del 2.1% del PIB para la región, antes de la guerra en Ucrania. Ahora la predicción es del 1.8%. México tendría el 1.7% de crecimiento. De los 33 países estudiados, México ocupa el lugar 28 en proyección de crecimiento, por lo que advierte un retroceso importante en la lucha contra la pobreza y la desigualdad.
El porcentaje de pobres incrementará 0.9% y el de la extrema pobreza aumenta en 0.7%, ambos con respecto al año 2021. Estos datos pueden ser modificados fuertemente si la inflación no se controla adecuadamente, México podría estar entre los 5 países más pobres en América Latina.
Y para fastidiar más el contexto, la guerra en Ucrania ya está impactando negativamente los sistemas alimentarios, tanto por la ausencia de la distribución de la producción de granos, como por el aumento del costo de fertilizantes que provienen de esa región.
Tampoco hay que olvidar que tenemos menos de 8 años para alcanzar los objetivos de desarrollo sostenible en el 2030 y evitar el aumento mayor a 1.5º C de la temperatura mundial promedio. Escenarios difíciles de alcanzar globalmente, pero no imposibles de atender en el contexto estatal.
Una gestión gubernamental que se distinga por su compromiso con la sociedad y el ambiente, con el crecimiento económico y bienestar de la población, en forma sostenible, tiene que ser el resultado de la interacción de personas con la formación, experiencia, perfil adecuado, y que cuenten con la confianza de la gobernadora.
El tamaño del reto no es para improvisados o por pago de deudas políticas. Se requiere de hombres y mujeres capaces de innovar, tomar buenas decisiones, trabajando en apego a derecho, con transparencia. Pero hay otro componente importante.
¿Cuántos ejemplos no hay en la historia de la conformación de gabinetes con personalidades que proyectaban una percepción de confianza y capacidad para el cargo y que durante su desempeño demostraron lo contrario? Para complementar la propuesta de perfil adecuado para cada función, debe haber un mecanismo de evaluación de los resultados de su trabajo. La participación de la sociedad civil organizada, acreditada para tal fin, puede colaborar con el gobierno para lograr una sociedad más dinámica y con mayor bienestar.
Una gran ventana de oportunidad en Quintana Roo es que la sociedad no se encuentra polarizada, aún, al grado de no poder encontrar puentes de comunicación y solución de problemas.
Lograr la transformación con confianza sí es posible, pero con funcionarios/as con el perfil adecuado para enfrentar los retos del nuevo gobierno. Este será uno de los indicadores para dibujar el rumbo del nuevo gobierno, ¿renovación con innovación o más de lo mismo? Es cuanto.