CAFÉ DE ALTURA
Javier Chávez Ataxca
Tomados de la mano con los buenos chetumaleños, los tres órdenes de gobierno tienen que iniciar de inmediato el rescate de espacios históricos e infraestructura cultural, ubicada en el primer cuadro de nuestra capital y en el Boulevard Bahía.
Olvidemos la canábica ocurrencia del “Barrio Mágico” presentado por Miguel Torruco Marqués (Secretario de Turismo de Andrés Manuel López Obrador), porque el único e insustituible es el “Barrio Bravo” y no necesita competidor.

Acabo de pasar por el espacio que contiene la Maqueta Payo Obispo –vecina del Congreso local– y para mi sorpresa la tenían cerrada con triplay, como si el bisnieto del huracán Janet nos cayera en cuestión de horas.
Es injustificada esta clausura por tiempo indefinido y mucho tiene que decirnos la chetumaleña Lilian Villanueva Chan, titular del Instituto de la Cultura y las Artes. Quizá el comején ya hizo de las suyas y no se atreven a decirlo.
La Maqueta Payo Obispo es fruto de la asombrosa memoria del eterno Luis Reinhardt Mc Liverty y la instaló en su ubicación actual el gobernador Miguel Borge Martín, el mandatario que más ha hecho por la educación y la cultura en toda nuestra historia.

Nuestra Maqueta fue inaugurada por el Presidente Carlos Salinas de Gortari el 24 de mayo de 1991 –estuve ahí, como reportero del Diario de Yucatán–, cuando vino a firmar como testigo de honor el decreto fundacional de la Universidad de Quintana Roo, tal como ha escrito el Doctor Borge en fecha reciente.
Condenarla a las telarañas es inaceptable, porque nuestra capital no nada en ese tipo de creaciones originales e insustituibles.