Chetumal, 20 de junio
(Diario de Quintana Roo)
Personas sin escrúpulos y con toda la talla de los testaferros, hoy pretenden manchar la buena imagen del ex Gobernador del Estado, Miguel Borge Martín, al aducir que ha iniciado un pleito legal para reclamar como propiedad privada la zona arqueológica de San Gervasio, en la Isla de Cozumel, lo cual, es totalmente falso.
Datos recabados por esta Casa Editora confirmaron que tal acusación lejos de cualquier veracidad, a lo que apunta es a conseguir dinero fácil con el único esfuerzo de mentir de forma por demás descarada y al amparo de la mal utilizada libertad de expresión en México.
Para nadie es desconocido que la zona arqueológica de “San Gervasio”, con una superficie de 385 hectáreas, 63 áreas y 14 centiáreas, es un bien público y patrimonio de la Nación, por lo que nadie puede tocarla, algo que ignoran los «acusadores» del ex mandatario quienes, de esta forma, lo único que muestran es su ignorancia y su falta total de conocimiento sobre las legislaciones vigentes.

Por otro lado, en una publicación que está circulando por redes sociales, estos «vivales» aseguran que el reclamo del ex Gobernador va más allá de la tierra, ya que exige también todos los ingresos generados por los visitantes que ingresan a este importante sitio maya, lo cual, también, resulta tan aberrante como ridículo.
Por si fuera poco, sostienen que Miguel Borge fundamenta su reclamo como único y universal heredero de Miguel Vivas Rivero, y es así como inició un juicio ordinario civil contra la Fundación de Parques y Museos de Cozumel (FPMC), desde el 23 de febrero de 2015, bajo el expediente 68/2015 en el Juzgado Civil de Primera Instancia del Distrito Judicial de Cozumel, lo cual, indudablemente, es una falacia, máxime cuando ellos mismos sostienen que el problema es que el terreno en disputa fue expropiado hace años en favor de la Fundación de Parques y Museos de Cozumel (FPMC) y tiene un origen ejidal, lo que legalmente impide su privatización o adjudicación individual.
Aquí vale la pena destacar que los acusadores del ex mandatario estatal, también reconocieron que cualquier demanda carecería de fundamento jurídico.
Así pues, las acusaciones contra Miguel Borge no sólo carecen de sustento, sino que están fraguadas en la mente de personas siniestras y holgazanas que, aún en nuestros tiempos, siguen creyendo que difamar es sinónimo de agenciarse sin problemas miles y miles de pesos.