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Bombardeado por la pobreza y la violencia, el cumpleañero Cancún sufre por sus malos hijos

Desde los Once Pasos

Javier Chávez Ataxca

Ayer Cancún cumplió 53 años, una edad fundacional muy temprana para esta ciudad caribeña del norte de Quintana Roo que mencionada en otros continentes es identificada en cualquier punto de reunión, ya que su atractivo turístico se habla de tú con los sitios más irresistibles del planeta, como los de la región mediterránea o el Pacífico.

Pero Cancún ha retorcido su desarrollo que lo destinaba a las alturas, atacado por la corrupción de sus alcaldes y por el relajamiento irresponsable de su sociedad que deja hacer y deshacer a sus autoridades, con resultados que se manifiestan en datos duros gravísimos en inseguridad y mala calidad de vida de sus masas.

Felicitar a Cancún es absurdo cuando el cumpleañero necesita con urgencia quimioterapias para frenar el cáncer que ha invadido sus órganos. Pero sus hijos no lo ayudan y siguen con su agenda del interés personal.

La pobreza aumenta en el paraíso porque las incontroladas oleadas migratorias depositan en su falda a miles de mujeres y hombres que van por el empleo negado en sus pueblos de origen. Pero no todos son besados por la fortuna y quienes fracasan se quedan para engordar las filas de quienes viven al día. Quizá un pobre genera cinco jodidos en corto plazo y el conteo sigue y sigue…

Los criminales se han multiplicado en Cancún, donde las bandas al servicio de narcotraficantes lanzan a la calle montañas de cadáveres en una temporada, con levantones y ejecuciones contabilizadas y normalizadas por la Fiscalía General, a cuya silla se aferra el fuereño joaquinista Óscar Montes de Oca sin el mínimo mérito, como El Tata Martino en el día después de Qatar.

En lo global, la sociedad cancunense es valemadrista y predomina el elector que vende su decisión en las urnas por una despensa del Verde Ecologista o por 500 pesos. Este es el origen del drama de Cancún: masas manipulables con otro gran porcentaje de malos cancunenses que prefieren no votar de nuevo, porque el abstencionismo es su real militancia y les vale un pepino el destino de este cumpleañero de 53 años, una edad debatible que no es tema en estas líneas.

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