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Chanito, un tazo dorado que necesita ayuda

Déjame te Cuento
Ángel Solís

Urge que la patrulla espiritual vaya por José Luis “Chanito” Toledo Medina a Playa del Carmen. Una temporada recluido en un centro de rehabilitación quizás sea lo que necesita este político, para así recuperar su vida y lo que queda de su carrera política.

A casi nueve años de su fallida candidatura a la gubernatura de Quintana Roo, Chanito Toledo no solo no lo supera, sino que se encuentra sumido en un abismo, atrapado por sus vicios y excesos. Es más común verlo en los medios de comunicación por sus escándalos y romances con actrices de Televisa, que por algún logro o iniciativa por su municipio o el estado.

Hijo del destacado activista y político Marciano Toledo Sánchez (+), quien dejó asegurado el futuro de sus hijos y varias de sus generaciones con miles de metros cuadrados de terrenos valiosos en distintos puntos del estado, su vástago José Luis solo se ha dedicado a dilapidar el capital político y económico heredado por Don Chano.

Con una trayectoria en el PRI, donde fue diputado federal y local, para luego ser dirigente estatal y diputado local del Partido Movimiento Ciudadano (MC), hoy José Luis es el apestado político del estado, ya que por sus excesos tiene las puertas cerradas en todos los partidos, y su desesperación lo ha llevado a buscar entrada a Morena, con el propósito de revivir su carrera política.

Incluso a través de un grupo de ex priistas playenses que hoy trabajan para el proyecto del empresario Rafael Marín Mollinedo, Chanito busca una nueva oportunidad en la política del estado.

Fiestas, alcohol y todo tipo de excesos vividos durante el gobierno de su “bro” Roberto Borge Angulo, fueron abriendo el abismo en el que hoy se encuentra el hijo de don Chano Toledo.

En un estado donde la extorsión y los levantones son cosa de todos los días, Chanito comete errores demasiados infantiles pese a ya contar con 43 años de edad, porque exhibir su costosa colección de relojes y la vida de lujos que lleva, no solo lo expone a él sino también a su familia a ser víctimas de la delincuencia, que en Quintana Roo a nadie perdona.

A diferencia de un grupo de morenistas que pasaron de vender aguas de sabores en las calles, meseros y promotores de productos, entre otras cosas para convertirse en los nuevos millonarios de Quintana Roo y darse una vida de lujos que ni en sus mejores fantasías soñaron, el dinero que derrocha Chanito es producto de una herencia familiar, ya que con su sueldo de regidor en Playa del Carmen ni siquiera pagaría los más de 6 mil dólares que le costó su traslado, alojamiento y entrada al Gran Premio de Mónaco, más su consumo de alimentos y bebidas.

Antes de intentar recuperar su carrera política, Chanito debe acercarse a la patrulla espiritual porque un tiempo en un anexo lo podría ayudar.

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