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Novedades Chetumal
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El nombre del ex alcalde capitalino Hernán Pastrana Pastrana está siendo contemplado en el cuartel central de Morena, destinado a la alcaldía capitalina de Othón P. Blanco. El equipo estrella de Andrés Manuel López Obrador quiere competir en serio, y por ello se valora el lanzamiento de este gladiador veterano que puede presumir la administración más exitosa que ha disfrutado el sur, de 1978 a 1981.
Don Hernán es un hombre en plenitud de facultades, con una formación completa y una trayectoria impresionante reforzada por solidos principios morales, de ahí la seriedad con la que valoran en corto su lanzamiento como candidato del partido revelación en los pasados comicios federales del siete de junio.
Los morenos son optimistas en extremo, ya que sin candidatos visibles cosecharon un tremendo porcentaje de votos que inquietó a los priistas del sur, cuya candidata Arlet Mólgora de todos modos se alzó con el triunfo, pero sin arrasar.
Vamos, hasta la fantasmal candidata de Morena en el segundo distrito –con cabecera en Chetumal– superó ampliamente al perdonado Andrés Ruiz Morcillo, quien con su grito de guerra generó enormes expectativas que dieron paso al glacial desengaño de sus principales colaboradores, enamorados en aquellos meses de su proyecto que defendieron hasta con los dientes.
La combinación de partido revelación con candidato intachable y con oficio puede ser una combinación explosiva, tan fuerte que podría depurar por arte de magia la lista de aspirantes del PRI a la alcaldía que han ocupado desde 1975, pasando por la aduana de las urnas.
Los adversarios del tricolor saben que le duele en las entrañas la postulación de frutos desprendidos, de ahí que una candidatura de este porte desestabilice escenarios de ensueño, alimentados por triunfos al por mayor. Pero las condiciones de la próxima batalla son muy diferentes, como pueden atestiguarlos los ex gobernadores Joaquín Hendricks y Félix González Canto.
Para Morena los comicios locales de 2016 son un campo de batalla óptimo, ya que estarán en juego la gubernatura, 10 presidencias municipales y 15 diputaciones. Los adoradores de López Obrador quieren aprovechar la decadencia de un perredismo que acumula derrotas en todos los frentes.