Golpe de mazo
Novedades Chetumal
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La inauguración del nuevo trenecito del zoológico Payo Obispo fue un señor logro para el alcalde capitalino Eduardo Espinosa Abuxapqui, quien con una inversión de unos tres millones de pesos resucitó esta tradicional atracción que se fue a pique en los períodos de Andrés Ruiz Morcillo y Carlos Mario Villanueva Tenorio, quienes fracasaron en algo tan simple.
Y sí, por primera vez en el trienio de Abuxapqui los pasillos y andadores del zoológico chetumaleño se vieron repletos de visitantes, haciendo olvidar por un momento el estado crítico en el que se encuentra ese espacio recreativo de la capital del estado.
Pero nadie debe engañarse. Aunque el trenecito contribuya a elevar el número de visitantes al moribundo zoológico, esto no será permanente si no se refuerzan las demás áreas del parque, sobre todo el atractivo principal: los animales.
Remodelado con una inversión cercana a los 200 millones de pesos durante el periodo del voraz ex alcalde Andrés Ruiz Morcillo, el zoológico Payo Obispo, renombrado por un breve tiempo como “BiouniverZoo”, reabrió sus puertas con instalaciones completamente renovadas.
El nuevo concepto fue muy bien recibido por la población a pesar del sinnúmero de irregularidades presupuestales que se observaron durante su reconstrucción.
Pero el nuevo parque fue condenado a muerte el siguiente gobierno municipal comandado por Carlos Mario Villanueva Tenorio, quien dejó el proyecto en el abandono y colocó al frente a la joven inexperta Leslie Paola Martínez Ramírez, quien convirtió un espacio de lujo en una verdadera ruina.
Decenas de animales, incluso de especies en peligro de extinción, murieron por escasez de alimentos y medicinas. La falta de mantenimiento provocó el cierre del puente colgante, y el sistema lagunar artificial que daba gran realce a la imagen del complejo se convirtió en un lodazal. El abandono fue criminal.
Abuxapqui desde que tomó las riendas del Ayuntamiento asumió el reto de rescatar al Zoológico, lo que ha logrado a medias pues el desafío fue enorme. Porque se ha logrado mejorar la imagen del parque, los animales están mejor atendidos y ahora se puso a funcionar un nuevo trenecito, pero no ha sido suficiente.
Y es que aún permanecen espacios cerrados o semi abandonados, y a pesar de los esfuerzos de la nueva dirección el zoológico sigue operando en números rojos por el bajo índice de visitantes.
Falta mucho por hacer para que al parque zoológico de la capital no se lo lleve el tren.