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Novedades Chetumal
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Contados colaboradores estelares del gobernador Roberto Borge siguen en las posiciones originales, ya que el ritmo de trabajo y rigurosa evaluación permanente van sacando de la competencia a políticos y funcionarios, enviados a la segunda mesa o a la nave del olvido.
A estas alturas no debe sorprender la permanencia del Procurador de Justicia del Estado, Gaspar Armando García Torres, quien ha tenido que enfrentar complejos desafíos que han enlodado incluso su imagen, saliendo a flote por los datos fríos de su desempeño.
Los expedientes del Procurador –sea quien sea– son de escándalo, lo que explica la caída y el debilitamiento de muchos, ya que el enemigo está en casa porque muchos delincuentes están refugiados en posiciones clave, afectando la buena marcha de la Procuraduría.
Uno de sus pendientes es la captura del autor o autores intelectuales del homicidio del regidor del PT en el Ayuntamiento capitalino, Marco Antonio May Molina, ocurrido la noche del 21 de marzo de 2014. La justicia está pendiente.
Pero su balance es favorable en el área más complicada para todo gobierno, de ahí que el abogado chetumaleño sea candidato a permanecer en la silla del insomnio y tensiones permanentes, domingo a domingo.
En un terreno similar, obligada fue la salida del General Carlos Bibiano Villa Castillo, quien se había convertido en un permanente ataque de migraña en Seguridad Pública Estatal. El chetumaleño Juan Pedro Mercader Rodríguez fue el relevo acertado, con muchas voces en contra por ser un novato en esa posición cada vez más complicada.
Juan Pedro tiene el sentido práctico del ciudadano que comprende lo que duele en las colonias populares, y no se complica la vida persiguiendo fayuqueros como su antecesor. Lo importante es prevenir el delito, reforzando la presencia en zonas críticas. Sus cifras son cada vez más favorables, aunque siempre hay casos que obligan a replantear estrategias porque los delincuentes tienen caminos alternos para salirse con la suya.
El titular de Seguridad Pública ha ido conociendo las complejidades de esta área que tanto irrita a la colectividad, ya que el delincuente es tratado como candidato al Oscar y tiene todo a su favor para continuar su carrera delictiva.