Javier Chávez Ataxca
Que el moreno Andrés Manuel López Obrador haya logrado con su primerizo partido un avance notable en la elección federal efectuada este domingo en Quintana Roo, vaya que sorprendió a todo mundo. Sobre todo porque se daba por hecho que la extrema debilidad de sus candidatos a diputados federales era el factor predominante, ya que se vota por mujeres y hombres apuntalados por la estructura del partido, como les consta muy bien a los priistas Arlet Mólgora y José Luis “Chanito” Toledo, triunfadores en esta batalla de domingo.
Pero Morena se ubicó en la segunda posición en el segundo distrito con cabecera en Chetumal, donde el PRI se mostró muy nervioso por la desafiante candidatura de un jugador formado en su cantera, como lo era el ex alcalde capitalino Andrés Ruiz Morcillo, quien quiso ser una copia fiel del sorprendente Bronco de Nuevo León, por el simple hecho de ser también candidato independiente.
Morcillo cosechó 10 mil 232 votos, cantidad cercana a las firmas de apoyo que entregó ante el Instituto Nacional Electoral (INE) para avalar su candidatura.
Morena superó ampliamente a Morcillo, desplazando claramente al resto de los adversarios de la despreciada Arlet Mólgora, quien fue rechazada en la capital del estado donde los chetumaleños dividieron sus simpatías entre Mahmud Chnaid Novelo (PAN) y la anónima candidata de Morena, Yensunni Idalia Martínez Hernández, quien hizo campaña difundiendo su foto con López Obrador. Otro pequeño porcentaje fue captado por Ruiz Morcillo.
En los dos distritos restantes la oposición fue aplastada por la maquinaria del PRI, mostrando un escenario devastador para la oposición: carece de figuras bien cimentadas para competir por la gubernatura en el próximo 2016.
El PRD ya no cuenta con esa figura desafiante, estilo Gastón Alegre López, Juan Ignacio “Chacho” García Zalvidea y Gregorio “Greg” Sánchez Martínez. Y el ex alcalde de Cancún, Julián Ricalde Magaña, fue un aborto que se plantó como amenaza fugaz, sacado del juego por el nauseabundo expediente de su gestión como presidente municipal.
El PAN es compañero de dolor del PRD, ya que tampoco cuenta con figuras interesantes, y tendría que recurrir a una coalición o a la asimilación de un desertor del PRI para dar la batalla.
Y de este proceso emergió como firme aspirante José Luis Toledo Medina, quien tendrá que disputar la candidatura en un mar infestado de tiburones que tirarán a matar, llegado el momento.
Pero al menos el PRI ya está preparado para lo que se avecina, mientras la oposición se encuentra atolondrada.
