Chetumal, 13 de abril
Diario de Quintana Roo
A pesar del llamado de artistas y autoridades para mantener en buenas condiciones el Corredor Escultórico de Chactemal, este es víctima de vándalos, quienes, además de realizar pintas de grafiti, se han llevado complementos de las piezas en exhibición.
Los pandilleros han atentado contra las obras que en su mayoría se encuentran en el Buolevard Bahía y cuya reciente remodelación estuvo a cargo del artista plástico quintanarroense, Rodolfo Parra López, quien señaló que los jóvenes, al desconocer de su valor cultural, cometen actos vandálicos en las obras, dejando una mala imagen.
El Corredor Escultórico tiene su origen en el Segundo Encuentro Internacional de Escultura Chetumal 2003, durante el cual 24 artistas de cuatro continentes donaron una escultura de gran formato.
La mayoría de las obras están vinculadas con el entorno local. Son alegorías de las bellezas naturales de Quintana Roo y a las tradiciones de la Cultura Maya y caribeña.
Lamentablemente las escultura son vandalizadas, aunque las más afectadas se ubican en la zona que abarca de la Universidad de Quintana Roo al poblado Calderitas, donde la falta de alumbrado público es una constante.
Incluso, como ocurre con Antología Reciclaje, que originalmente se encontraba en la confluencia de las avenidas Calzada Veracruz con Insurgentes y actualmente en el kilómetro 8.5 del Boulevard Bahía, se llevaron la latas que daban sentido a la obra del brasileño Irineu García.
También destaca el caso de Doble Estela Solar, del mexicano Vicente Rojo, que en las mismas ocasiones en que ha sido restaurada ha sido atacada por grafiteros.
Similar situación ocurre con Caracol-Ola, de la también mexicana Helen Escobedo, donde no solamente se han realizado pintas, sino que se observa a niños que juegan dentro y en la escultura.
Se debe señalar que además de los ataques realizados por los vándalos, las obras también se han visto involucradas en percances de tránsito, como ocurrió con “El Personaje”, de José Luis Cuevas, que en enero de 2013 fue derribada por un automovilista alcoholizado.
Cabe destacar que la única obra que nunca ha sido objeto de vandalismo es Saxofón, del autor mexicano Francisco Javier Vázquez, conocido como Jazzamoart, pues desde su concepción integró pintas de grafiti en su escultura, con lo cual, sin proponérselo, desanimó a los pandilleros.