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Novedades Chetumal
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La remodelación de la avenida de los Héroes no ha cumplido con las expectativas, ya que la obra ha sido un pálido e inconcluso intento de remodelación, destinada a devolver el esplendor de la que fue principal y soñada arteria cumbre del comercio de importación hasta fines de la década de los 80.
Queda descartado el retorno al comercio del queso de bola, la mantequilla australiana y el tulip, sellos distintivos de la única capital caribeña de nuestro país. Pero al menos un recorrido gourmet por esos establecimientos de la nostalgia serían un producto gancho para atraer a miles, tanto visitantes como locales como mi amigo Carlos Aguilar, cuyo oficio de cartero quedó cancelado por la modernidad.
He recorrido la Héroes y no me gusta por deshumanizada. Porque los encargados de la remodelación habrían aplicado el mismo modelo en Tepic, Xalapa o Cuernavaca. Así ocurrió con la avenida Alvaro Obregón, obra con la que el gobernador Joaquín Hendricks favoreció al menos a uno de sus hermanos, y que perdió sus atractivos camellones.
Me desagradan las permanentes vacaciones de los chetumaleños fundadores que deben hablar con energía en estos momentos, pendientes de la modificación crítica de esta avenida tan amada por todos, aquí nacidos o quintanarroenses por decisión, como es mi caso.
Pero también los hijos, nietos y bisnietos deben intervenir en todo lo que afecte o beneficie a su capital, aunque esta categoría sea simbólica.
En otras capitales hay voces organizadas que aplican marcaje personal a los constructores favorecidos por la fortuna. Muy grave que toda la tarea se deje en manos del ejemplar profesor y Cronista Vitalicio, Ignacio Herrera Muñoz, quien ha superado un delicado problema de salud y pronto estará de nuevo al frente de la Casa de la Crónica.
La remodelación de la avenida de la Héroes no me gusta, ya que no detecto la menor reacción de los comerciantes de la Canaco y demás grupos empresariales, obligados a reemplazar los negocios rancheros por algo realmente competitivo, como ocurre en otras zonas de la capital.
Porque cuando recorro esta avenida tengo la impresión de estar en un sitio tan limitado como la avenida principal de Xpujil. Y quizá don Carlos Aguilar esté de acuerdo conmigo, aunque haya nacido en ese estado.