Cancún, 8 de mayo
(Cambio22)
Como si se tratara de un operativo contra peligrosos criminales, elementos de la Policía Turística de Cancún detuvieron este miércoles a tres mujeres indígenas originarias de Chiapas por vender pulseras artesanales en las inmediaciones de Plaza La Isla, en la zona hotelera.
El hecho, grabado por una residente de la zona que indignada alzó su voz y su celular para documentar el abuso, ha desatado una ola de críticas hacia las autoridades por su insensible actuación.
En el video, se observa cómo los elementos policiacos amedrentan a las mujeres, argumentando que serán puestas a disposición por alterar el orden público.
Una de las mujeres, de avanzada edad, suplica entre lágrimas que no la detengan, asegurando que tiene hijos que alimentar.
Sin embargo, los oficiales, lejos de mostrar empatía, la esposan junto con sus compañeras y las trasladan ante un juez cívico.
Vecinos y transeúntes se sumaron rápidamente a la escena para manifestar su rechazo a lo que consideran un acto de discriminación y abuso de autoridad.

Ante la intervención ciudadana, los policías turísticos, que se arremolinaron en el sitio para apoyar a los que hacían la detención, dijeron que acusaban a las mujeres de cometer la falta de hacer labores en la vía pública sin permiso del ayuntamiento que gobierna Ana Patricia Peralta de la Peña.
Inclusive, el oficial identificado como A. Couoh, de manera insolente le dijo a las personas que cuestionaban su actuación, que fueran ante el juez cívica, pagaran las mujeres y si querían se las llevara.
“¿Este es el duro golpe a la delincuencia del que presumen?”, cuestionaron testigos en redes sociales, donde el video se viralizó rápidamente.

En un estado donde el crimen organizado y la violencia real siguen lacerando a la sociedad, resulta preocupante que los esfuerzos policiales se concentren en reprimir a mujeres que, con dignidad, intentan ganarse la vida vendiendo artesanías.
Organizaciones civiles y defensores de derechos humanos han exigido a las autoridades municipales y estatales una revisión del protocolo de actuación de la Policía Turística, así como una disculpa pública y medidas de reparación para las mujeres afectadas.

Porque la justicia no se mide en cuántas pulseras se decomisan, sino en cuánta humanidad se demuestra frente a quienes luchan día a día por sobrevivir con honestidad.