Pena Capital
Javier Chávez
Novedades Chetumal
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Muy amplio el abanico en el PRI, mientras la oposición sigue en crisis de figuras y no ha hecho un alto en el camino para evaluar la situación. En el caso del PAN, dos deserciones de chetumaleños han sido devastadoras: Wadi Amar Shabshab y José Hadad Estéfano.
Wadi Amar fue candidato a la alcaldía capitalina en 1999 y a partir de 2000 fue senador de primera minoría. Desde su escaño tuvo un desempeño sobresaliente, ya que a diferencia de otros no llegó a calentar el sillón.
Recordemos que en el proceso local de 1996 como candidato a diputado local por el segundo distrito provocó pesadillas en el primer círculo del gobernador Mario Villanueva Madrid, quien dio luz verde a una campaña negra que obligó a Wadi a abandonar el proceso, dejando el camino libre al profesor priista Jorge Mario López Sosa.
Desalentado Wadi por el rumbo suicida de su partido, no refrendó su militancia y se marchó discretamente, a diferencia del regidor José Hadad, quien a principios de junio pasado renunció por escrito, desatando un torbellino en pleno proceso federal del domingo siete.
El PAN no puede darse el lujo de ver marchar pasivamente a sus figuras más limpias y competitivas, ya que enfrenta una hambruna en materia de cuadros en todo Quintana Roo, lo que tiene sin cuidado a su dirigente estatal Eduardo Martínez Arcila, quien pretende reelegirse pese al saldo desastroso de su gestión tan aplaudida por el PRI.