En Órbitra
Marcelo Salinas
Es la época en que muchos extranjeros llegan a la Riviera Maya… para trabajar. El flujo masivo fue detectado hace algunos meses aunque confirmado en Semana Santa.
Es una nueva modalidad descubierta por agentes del Instituto Nacional de Migración en el Caribe Mexicano, principalmente en sitios estratégicos de Playa del Carmen y Tulum, adonde llegan cientos de extranjeros para laborar sin autorización hasta el verano.
Son por lo general de Europa y Sudamérica, quienes consiguen permiso hasta por 180 días (el tiempo máximo) para permanecer en calidad de “turistas” en el país, como marca la Ley General de Población. Llegan al aeropuerto de Cancún con poca ropa y sin presupuesto, exigen el permiso de seis meses porque aseguran ser “mochileros” y siempre brindan información de supuestas amistades con domicilios fijos.
Como les ampara la ley, provienen de naciones “no problemáticas” y otorgan información comprobable, el oficial les da el máximo de plazo y comienza la función: son seis meses que trabajan sin el permiso legal que todo extranjero residente en calidad regular paga cada año, viven hacinados con amigos y compatriotas, no pagan impuestos, no invierten, comen lo justo, se divierten en grande y vuelven a sus países con ahorro.
Se dedican casi todos a “enganchar” visitantes, a guiarlos, a vender paquetes turísticos; en fin, lo que deje más dinero y tiempo para vivir a gusto en un estado que recibe a millones de turistas por año.
Todo esto, debe subrayarse, sin el permiso expedido por el INM y sin pagar la ampliación de actividades porque tienen dos o más empleos en un municipio como Solidaridad, donde hay trabajo para todos.
Al corroborar lo anterior, elementos del Instituto activaron operativos para identificar a quienes se burlan de la ley y actuar en consecuencia.
Desde ya, en los filtros de las terminales 2 y 3 del Aeropuerto Internacional de Cancún, los oficiales del INM preguntan a los “sospechosos” por cuánto tiempo vienen al país; si es por una semana, no les conceden más de 10 días, tratando de limitar la estadía de quienes cuyo propósito es favorecerse al margen de la ley. Además les dan la opción de tramitar una ampliación del término en las oficinas de Cancún, Playa del Carmen o Tulum, para no caer en actos de presunta discriminación o incurrir en trato déspota.
El inconveniente es que la ley migratoria y los acuerdos internacionales suprimen visas y permiten una estadía prolongada en el territorio, un factor conocido por quienes vienen con el afán de trabajar y que los empleados del Instituto no pueden ignorar.
Es, en todo caso, un llamado de alerta para las corporaciones policiales de los tres niveles, que deben denunciar cuando intercepten a estos infractores, o prestar apoyo y auxilio en los operativos a dicho personal de la Secretaría de Gobernación.