Chetumal, 5 de abril
Por Esto QRoo
La inseguridad que se vive en la capital del Estado es notable, y para muestra, la madrugada de este Sábado de Gloria, cuando delincuentes con armas de fuego sometieron a un par de guardias que resguardaban las instalaciones de la Secretaría de Educación y Cultura de Quintana Roo, y al parecer se apoderaron del dinero que estaba en la bóveda del cajero automático de la empresa Santander. Aún no se informa sobre el monto, lo que sí, es que los ladrones usaron un soplete para perpetrar el delito.
Alrededor de las 04:30 horas de la madrugada, policías municipales, estatales y ministeriales se dirigieron de inmediato a las instalaciones de la Secretaría de Educación y Cultura, ante el reporte del robo a un cajero automático del banco Santander dentro de las oficinas administrativas.
Se entrevistaron con René H.G., de 30 años, empleado de una empresa de seguridad privada, quien les informó que el robo al cajero sucedió aproximadamente a las 03:30 horas, cuando un grupo de sujetos, al menos cuatro, portando armas cortas, amagaron a sus compañeros Ramón Alfonso P.M., de 41 años, y César G.Ch., de 43.
Los ataron de pies y manos y los encerraron en el baño, sólo escucharon que entre ellos se apresuraban para cortar la caja metálica con el apoyo de un soplete, hasta que lograron llegar a la bóveda y apoderarse de dinero en efectivo, del cual se desconoce el monto, puesto que la empresa afectada no ha interpuesto demanda.
Por una de las rejas que colindan con la tienda Home Depot ingresaron una camioneta, de la cual desconocen características y a la que subieron las charolas con el dinero en efectivo, por ese mismo lugar se dieron a la fuga; fue un trabajo de aproximadamente media hora el que llevaron a cabo los ladrones para lograr su cometido.
Uno de los agentes de seguridad señaló que los ladrones lo obligaron a abrirle el portón en mención para que ingresaran la camioneta, y se vio en la necesidad de hacerlo al ser amagado con una pistola, pero posteriormente fue atado de nuevo y encerrado en el baño.
Cuando ya no escucharon ruidos, los vigilantes se ayudaron entre sí para liberar las ataduras de sus manos y acudieron de inmediato a la tienda Oxxo, situada en avenida Insurgentes con Javier Rojo Gómez, donde solicitaron apoyo a los empleados pues también los despojaron de sus teléfonos celulares.
Elementos de la Policía Ministerial se hicieron cargo de las investigaciones, mientras que los peritos especializados en ese ramo levantaron las evidencias posibles, con el fin de hallar huellas dactilares y confrontarlas con las de algunos delincuentes que tienen en su banco de datos para poder identificarlos.
Con esto queda demostrada una vez más la vulnerabilidad en la que se encuentra la capital del Estado ante la visible inseguridad, así como que todos los ciudadanos están expuestos a ser víctimas de los delincuentes, en la calle y comercios, e incluso en sus propios hogares.
